Editorial

Edición genética: ¿Y ahora qué?

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Por Jana Rodriguez Hertz ///

El 25 de noviembre de 2018 el científico He Jiankui sacudía al mundo anunciando que había producido los primeros seres humanos editados genéticamente. Las gemelas Lulu y Nana, hijas de un padre con HIV, habían nacido inmunes al virus. Esta noticia me tocó de cerca, ya que He -antes de llevar a cabo su dudosa hazaña- había pertenecido a mi universidad, la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur, en China. Y a pesar de que fuera despedido poco tiempo después de que este asunto se diera a conocer y generara el lógico escándalo, despertó en mí mucha curiosidad sobre el tema.

Así es como me enteré de que este experimento, diseñado inicialmente para hacer inmunes a las gemelas al HIV, podía tener otras consecuencias. En efecto, la misma alteración introducida en el ADN, el borrado del gen CCR5 -necesario para que el HIV entre en las células de sangre humana- también produce un efecto sorprendente en ratones: aumenta la capacidad del cerebro para formar nuevas conexiones y en particular aumenta la capacidad de memoria. ¿Sabía He Jiankui de esto cuando diseñó el experimento? ¿Era el objetivo original de todo este asunto diseñar una especie de humanos con memoria aumentada? No podemos saberlo.

Miles de preguntas me vienen a la mente, pero déjenme que les cuente algo más. El 27 de marzo de este año -sí, menos de un mes atrás- un grupo de investigadores del sur de China, felizmente no en mi universidad esta vez, anunciaron un experimento tanto o más perturbador.  El equipo liderado por Su Bing (o Bing Su, en su notación occidental) se decidió a individualizar el “gen de la inteligencia humana”. Para ello se dispuso a investigar el rol del gen MCPH1, o microcefalina, en el desarrollo del cerebro. La microcefalina es un gen relacionado con el tamaño del cerebro. Su y su equipo expusieron embriones de mono a un virus que tenía la versión humana de la microcefalina. Como resultado, generaron macacos transgénicos con copias extras de genes humanos. A pesar de lo esperado, el tamaño de sus cerebros no fue mayor. Sin embargo, los monos sí tuvieron diferencias sustanciales en pruebas de memoria a corto plazo.

A pesar de las fantasías (e interesada propaganda) que circulan en Occidente, China no fomenta este tipo de experimentos. De hecho, China hace enormes esfuerzos por que su ciencia sea considerada de calidad mundial, y ha invertido miles de millones de dólares en ciencia, ya sea en equipos, en universidades (abren una universidad por semana) como en contrataciones, tanto de profesores extranjeros como en repatriar científicos chinos establecidos en el exterior. No le hace bien a la ciencia china que haya experimentos no aceptados por las normas éticas mundiales.

Pero el hecho es que el ser humano ha llegado hasta las puertas de esto, y es inevitable que las abra y pase. No es sólo China quien investiga esto, se empieza a saber que muchos científicos de Estados Unidos y Europa están tras lo mismo. Y esto no parará. ¿Llegarán a tiempo las leyes para regularlo? Personalmente no lo creo. La ciencia siempre hizo cosas reñidas con la ética de sus épocas, desde los astrónomos en la época de la Inquisición hasta, sin ir más lejos, los experimentos psiquiátricos que se hacían no más de 50 años atrás. Recomiendo, ya que estamos, el excelente documental Three Identical Strangers.

No debemos apurarnos, sin embargo: los experimentos por ahora han encontrado genes que afectarían la memoria. Estamos lejos aún de “el gen de la inteligencia”. No está aún determinado si tal cosa existe. Pero el ser humano ya se ha puesto a jugar, y aún con regulaciones seguirá investigando, entre otras cosas porque las respuestas a muchas preguntas que se ha hecho desde siempre están ahí. La caja de Pandora está abierta. ¡Qué tiempos para estar vivos!

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Emitido en el espacio Tiene la palabra de En Perspectiva, miércoles 24.04.2019

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Sobre la autora
Jana Rodríguez Hertz es una matemática uruguayoargentina radicada en Shenzhen, China. Profesora en la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur, SUSTech. Vicepresidenta por América Latina y el Caribe de la Organización de Mujeres en Ciencia para el Mundo en Desarrollo (OWSD por sus siglas en inglés), dependiente de Unesco.

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