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Roberto Kreimerman (ex ministro de Industria): “En el Gobierno anterior la información sobre el TISA fue fragmentada y tardía”

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El ex secretario de Estado firmó, junto a otras figuras de la política, la academia y la cultura, una declaración pública en rechazo a las negociaciones en las que participa Uruguay para la conformación del Tratado de Comercio de Servicios (TISA). En entrevista con En Perspectiva, Kreimerman afirmó que el acuerdo es parte de una estrategia de las potencias que consiste en “patear la escalera” para que los países con desarrollo tecnológico propio no puedan competir con ellos. Para el ex ministro, con la información actualmente disponible y por los fines que persigue el acuerdo, Uruguay no debe firmarlo.

EN PERSPECTIVA
Viernes 22.05.2015, hora 10.15

EMILIANO COTELO: Cincuenta figuras de la política, la academia y la cultura firmaron una declaración pública pidiendo al gobierno que postergue su participación en las negociaciones para firmar el Tratado de Comercio de Servicios (TISA) hasta dar “debate público y genuino” sobre las consecuencias del acuerdo cuyas negociaciones consideran “antidemocráticas”

La carta está apoyada, en particular, por varios nombres provenientes de la izquierda, entre otros: el ex ministro de Industria Roberto Kreimerman, el diputado socialista Roberto Chiazzaro, la senadora Constanza Moreira, el rector de la Universidad de la República, Roberto Markarián, el historiador Gerardo Caetano y los músicos Gabriel Peluffo y Jorge Schellemberg.

Los firmantes entienden que el acuerdo está promocionado por grandes potencias y empresas transnacionales que impulsan la liberalización y el avance del mercado “por sobre la lógica tradicional del accionar del Estado en beneficio de la producción y los sectores populares”. Estiman, además, que de suscribirse este tratado se perderá la oportunidad de tener autonomía en las políticas públicas, por ejemplo en “relaciones laborales, seguridad social, protección al medioambiente, regulación del sistema financiero y promoción del derecho a la salud o a la educación”.

Como señalé, uno de los firmantes es el ingeniero Roberto Kreimerman, que está en línea telefónica en este momento.

Una primera consulta: ustedes dicen en uno de los párrafos iniciales de la carta que sobre la participación uruguaya en las negociaciones han podido obtener “información fragmentada y tardía”. ¿Cómo se entiende eso siendo que usted integró el gobierno anterior, en el que se dio la decisión de participar de estos contactos?

ROBERTO KREIMERMAN: Porque la información fragmentada y tardía no es a nivel nacional sino en el nivel general de estas negociaciones. Estas negociaciones, que se hacen al margen de los organismos multilaterales, tienen como mecanismo un secreto sobre lo que se está negociando e incluso un período -si fracasa la negociación o si se aprueba después de varios años- para dar a conocer cuáles son los elementos que se negocian. Todo el tema de información fragmentada y tardía tiene que ver con el propio estilo de negociación.

Recordemos que el acuerdo TISA sobre comercio de servicios sale del marco de la Organización Mundial del Comercio [OMC], que venía negociando otro acuerdo ante el cual hubo fuertes resistencias y posiciones diferentes, fundamentalmente entre los países desarrollados y los países en desarrollo, porque se planteaba avanzar en la parte agrícola de comercio y no solo en el sector de servicios. A partir de ese estancamiento de la OMC que todos conocemos, un grupo de empresas importantes decide promover en los gobiernos, fundamentalmente de los países desarrollados, un ámbito diferente, que no esté dentro del ámbito de negociación que se venía trabajando, para negociar los servicios. En ese ámbito diferente se da como lógica un sistema muy cerrado de adhesión aprobada por los miembros que forman parte de esa negociación del acuerdo y, por lo tanto, lo que decíamos al principio: la información es fragmentada y tardía, y en general ustedes pueden ver en los diferentes países que lo conforman que hay un secreto sobre las negociaciones en particular.

EC – Usted no es el único ex integrante del gobierno que firma esta carta, también figura Daniel Olesker, ex ministro de Desarrollo Social. Mi pregunta es: ¿no tuvieron oportunidad de discutir esto dentro de la administración Mujica cuando se trató el asunto?

RK – No, allí lo que hubo fue también información fragmentada y tardía porque básicamente se consultó sobre algunos aspectos particulares. Fíjese que…

EC – O sea: ¿usted cuando era ministro fue consultado sobre este asunto?

RK – Evidentemente. Nosotros a partir de cierto momento tuvimos consultas específicas, por ejemplo, sobre temas como la fibra óptica, porque aparte de educación, salud, medio ambiente o empleo, las telecomunicaciones están dentro de los temas contemplados en el TISA. En ese tema tuvimos consultas específicas en las cuales siempre mantuvimos la posición de que esos servicios son regulados por los países, así como otros que acabo de mencionar: los servicios financieros o las compras públicas, que son algo tan importante a nivel de la industria nacional y del empleo. En Uruguay tenemos un sistema de compras públicas que debería ser agrandado y mejorado pero que funciona en cuanto a que tenemos una ventaja para la industria nacional, con una reserva de mercado, con una mejora de precios, que este tipo de acuerdos llevaría a que dejara de existir.

Ante la pregunta que usted me hacía, en definitiva la información siempre ha sido fragmentada y tardía. Si usted se fija, todavía en la negociación actual hay muchos elementos que no se conocen. Hay una mayoría de países miembros del grupo de países desarrollados que tiene serias ventajas competitivas en muchos de estos temas, o una visión distinta algunos de ellos, en cuanto a qué debe ser regido por la lógica de mercado y qué debe ser regido -por ejemplo temas de salud o medio ambiente- con regulaciones del Estado. Esas diferencias se pretenden homogeneizar a través de estas negociaciones TISA, pero hacia el lado de una desregulación, una liberalización que va en desmedro de la sociedad pero también de los países subdesarrollados en particular.

Se menciona en la carta el tema de patear la escalera…

EC – ¿Qué es eso de patear la escalera?

RK – Viene muy bien su comentario, hay que explicarlo. Patear la escalera es un concepto que acuñó un economista que nos visitó hace un par de años, Ha-Joon Chang, quien siendo coreano trabaja en Inglaterra y EEUU. Hay una escalera tecnológica: los países más desarrollados tienen alta tecnología y tienen por lo tanto en su estructura económica y social un desarrollo mayor. En el otro extremo, los países quizás de África tienen un escasísimo desarrollo tecnológico propio o capacidades productivas y educativas propias, por lo tanto tienen un nivel de vida y una estructura económica muy débil. En el medio hay distintos grados, que van desde los países latinoamericanos a los del sudeste asiático. Hay cierto aprendizaje tecnológico que es importante ir desarrollando. El economista Ha había acuñado la expresión “patear la escalera” por cómo se dio el desarrollo industrial, recordemos: los servicios crecen enormemente por el nuevo modelo industrial y agrícola de producción en donde las cadenas de valor hacen que existan más eslabones de producción y más servicios de producción. Patear la escalera refiere a que se va ascendiendo por la escala de capacidades, se tienen cada vez más capacidades, y cuando se llega a un nivel desarrollado, para que el que venga atrás no alcance el desarrollo -no por un tema egoísta sino de competencia-, se patea la escalera por la cual uno subió. Muchos de los acuerdos de libre comercio contienen ese elemento muy inhibitorio del desarrollo nacional y muchos países tratan de tener cláusulas o salvaguardar fuertemente el hecho de que aquellos que desarrollaron sus tecnologías, competitividades o capacidades no ahoguen el posible desarrollo de las industrias o de las tecnologías nacionales.

La escalera tecnológica es un tema que ha adquirido especial relevancia en la teoría económica e industrial en los últimos 20 años porque el modelo simple de producción en el que la fábrica integral que todos conocimos en Uruguay -y que la mayoría hoy ya no están-, que hacían desde el principio hasta el final del producto, se ha sustituido por países que hacen parte de la materia prima, otros que hacen parte de la tecnología, otros que ensamblan o tienen el diseño final. Hay una suerte de capacidades en donde uno tiene que buscar la mejor inserción para el país de cada uno.

EC – Para terminar: ¿qué es lo que ustedes están reclamando? Porque por un lado después de estas advertencias que formulan dicen que esperan “un debate público genuino y profundo sobre estos temas para lo que resulta imprescindible la postergación de la presentación de la lista de oferta uruguaya”, pero por otro lado alertan sobre “los peligros que entraña este acuerdo” y sostienen “la inconveniencia de la permanencia de nuestro país en una negociación de esta naturaleza”. ¿Cuál de las dos cosas están pidiendo?

RK – Se engancha claramente con su primera pregunta acerca de la información fragmentada y tardía. Lo que se sabe de este acuerdo, claramente, es el elemento hacia dónde va esta negociación, cómo se originó, como le comentaba recién: saliéndose del ámbito donde ahora está negociando un grupo reducido de países y la mayoría de los países en desarrollo están fuera de esa negociación. Así como la filosofía de liberalización y desregulación, todo implica una inconveniencia muy clara para nuestros países y sociedades y diría que para muchas de las sociedades de los países desarrollados, pero fundamentalmente nos compete ver en este caso lo que pasa con Uruguay. Para nosotros es altamente inconveniente.

Pero también está claro que aquí falta muchísima información,

EC – ¿Pero entonces ustedes entienden que hay que bajarse lisa y llanamente de las negociaciones o manejarlas de otra manera?

RK – Nosotros sostenemos que con el estado actual de la información y lo que pretende el acuerdo, Uruguay no debe entrar en ese acuerdo, claramente. Pero también sabemos que aquí está faltando bastante información que debe ser puesta sobre la mesa.

EC – Y el primer reclamo, entonces, tiene que ver con la lista que Uruguay se prepara para presentar.

RK – Exactamente, que Uruguay no concrete la entrada a este acuerdo vista la alta inconveniencia que tiene para lo que nosotros entendemos que es el desarrollo nacional, no solo eso sino también para el desarrollo social netamente porque abarca temas como la educación, la salud y el medio ambiente. Esto aparte de temas productivos, temas financieros
-en los que Uruguay ya tuvo la experiencia muy negativa de la desregulación financiera-… una serie de temas que hacen altamente inconveniente la permanencia de nuestro país en las condiciones en las que está esta negociación.

EC – Pero si entiendo bien, más allá de que esa es la visión de fondo que tienen ustedes, en el corto plazo lo que les preocupa es que Uruguay termine presentando ya la lista de la oferta de nuestro país.

RK – Exactamente, sin una discusión del tema a fondo.

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Foto en Home: Roberto Kreimerman (Archivo). Crédito: Pablo Vignali/adhoc Fotos.

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