Tres trabajadores van por su cuarto día de huelga frente a las oficinas de la empresa, y la raíz del conflicto está en las demandas arbitrales que Petrobras presentó contra el Estado
Hoy viernes es el cuarto día en que tres integrantes del Sindicato del Gas están llevando a cabo una huelga de hambre. La última vez que lo hicieron, a fines del año pasado, la huelga se extendió por dos semanas.
Estos tres hombres, dos integrantes de la directiva sindical y un tercero que se propuso en asamblea, están ubicados en un contenedor frente a las oficinas de MontevideoGas, en la plaza Independencia. Otros compañeros del sindicato los acompañan durante el día.
En Perspectiva los visitó y dos de los manifestantes, Pablo Sequeira y Ernesto de Giovanni, abrieron las puertas del contenedor. Ambos coincidieron en que Petrobras, accionista mayoritaria de la compañía, ya no tiene argumentos económicos para el envío a seguro de paro de los trabajadores ni para la forma en que está gestionando MontevideoGas. Consideran que las razones son políticas y que está en juego el mismo futuro del servicio público.
Sequeira sostuvo que por una baja en el costo del gas argentino y por un cambio en el contrato con el país vecino, a MontevideoGas está entrando mayor volumen de materia prima a menor precio: "Acá no es un tema económico, porque es una empresa rentable". El sindicalista agregó: "Más allá de que hayamos perdido 6.000 usuarios y es una sangría constante, mes a mes venimos perdiendo usuarios, que está muy mal gestionada, no hay una política comercial de parte de la empresa, pero tiene muchas posibilidades".
Historia
¿Cuáles son estos motivos de esta instancia crítica? Primero algo de historia. En los 90, durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle, se privatizó la distribución de gas que estaba en manos estatales desde 1970. Se le otorgó la concesión por tres décadas al consorcio Gaseba, conformado por Pan American Energy, Acodike y la francesa Gaz de France. Este proyecto duró hasta 2006, cuando los europeos se retiraron y dieron ingreso a Petrobras. La empresa brasilera compró también las acciones de Acodike.
De acuerdo con el sindicato, la gestión de MontevideoGas dio un vuelco negativo cuando Dilma Rousseff debió abandonar la presidencia de Brasil, a causa de un juicio político, en 2016. Hasta entonces, los trabajadores tenían diferencias con la gestión pero eran más de enfoque. "Si bien había políticas comerciales, lo que veíamos es que no se expandía a zonas más populares o cooperativas de viviendas. Extendían cañerías para las zonas de Carrasco, Malvín. En Punta Carretas pusieron muchas calderas, lo que generó mucho lío con las presiones en el suministro, porque a la hora pico caía la presión, y eso fue un mal diseño de la red de las jerarquías de la empresa", profundizó Sequeira. "Pero se empezó a sentir la pérdida de usuarios más constante a partir del 2016″.
Entre medio también estuvo el proyecto de regasificadora de Gas Sayago, que tuvo idas y vueltas durante el último lustro hasta que fue descartado definitivamente en abril.
En agosto de 2017, MontevideoGas y Conecta, que también es propiedad de la petrolera estatal brasileña, demandaron por unos 100 millones de dólares al Estado uruguayo en tribunales internacionales de arbitraje. El motivo que da Petrobras es que cambiaron las condiciones del acuerdo inicial y que el Gobierno no le garantiza la viabilidad del negocio.
Aquí es donde jugaba un rol importante la regasificadora, porque el año pasado los trabajadores del gas denunciaron ante el Parlamento que la empresa amenazaba con cerrar las distribuidoras locales si el proyecto de Gas Sayago se caía.
Conflicto
Hace alrededor de un año, MontevideoGas envió a seguro de paro a 21 trabajadores. En aquel entonces, tras una huelga de hambre de 15 días, el sindicato logró negociar la reincorporación de todos ellos a cambio de congelación salarial y de una reestructura en el sector de telefonía.
Ese convenio venció en junio y el Gobierno planteó que las condiciones se extendieran mientras se elaboraba una propuesta económica para MontevideoGas, que finalmente fue presentada en los últimos días de setiembre.
De acuerdo con los trabajadores, la empresa asegura que necesita un ahorro de 900.000 dólares para ser viable. El dirigente sindical Alejandro Acosta lo explicó así a la producción de En Perspectiva: "Con la congelación de salarios que lleva ya más de un año, la empresa lleva 375.000 dólares ahorrados. Lleva 300.000 dólares ahorrados con puestos de trabajo de compañeros que se incentivó a retirarse, porque estaban con la edad para jubilarse, que no se han repuesto. Entonces en esos dos rubros superamos los 600.000. Con lo que ofrecía el Poder Ejecutivo se llegaba casi al millón".
La propuesta del Gobierno involucraba hacerse cargo de determinados costos de mantenimiento e inspección de cañerías. Para financiarlo, se planteó a Petrobras un ligero aumento de las tarifas de cara al público, según contó a En Perspectiva el director nacional de Trabajo, Jorge Mesa.
Sin embargo, la empresa descartó la propuesta y resolvió restituir el envío de esa veintena de trabajadores al seguro de paro. Además, denunció cinco convenios colectivos, con el argumento de que no eran sostenibles con el contexto actual.
Para el dirigente Acosta, esto es muestra de que Petrobras tiene motivos ulteriores con cómo está gestionando MontevideoGas. Dice que "se cayó la careta de la empresa": "Cuando hay un camino se inicia, que capaz que puede ser considerado no suficiente del todo, pero un camino que se iniciaba con una base sólida, que es una ayuda económica concreta al sector, que representa un monto importante por 400.000 dólares, y la empresa que reclamaba eso mismo ahora dice que no le sirve discutir esa base de negociación, entonces hay un planteo que va mucho más de fondo". Para Acosta, esto ese vincula con las demandas arbitrales y "con un intento de arrasar con los trabajadores".
Según Jorge Mesa, se está trabajando para formar una mesa de negociación. Afirmó que reducir la plantilla laboral no resolverá los problemas de fondo de la empresa, si bien no quiso entrar en la discusión sobre si el negocio del gas por cañería en manos privadas es viable o no en Uruguay.
"En los últimos esta empresa ha tenido algunas pérdidas, ha sido deficitaria, pero el escenario de déficit no lo resuelve por una afectación de baja de calidad del servicio, y esto está atado a la cantidad de gente que tenga contratada", declaró Mesa.
Huelga
Así es como se llega a esta huelga de hambre que hoy está cumpliendo cuatro días.
En el contenedor donde se están quedando frente al edificio donde MontevideoGas tiene sus oficinas, Pablo Sequeira, Ernesto di Giovanni y el tercer huelguista, Marcelo Sosa, tienen tres camas, un baño, un aire acondicionado, libros, mazos de cartas, y banderas del Sindicato del Gas y el PIT-CNT.
Pablo Sequeira contó que el año pasado él y sus hijos visitaron a quienes llevaron a cabo la huelga de hambre y ellos pudieron comprobar que los manifestantes estaban en buen estado de salud, por lo que ahora no se preocupan por él.
"Es una medida que impacta, porque estamos al límite de nuestra salud, estamos al mínimo de calorías para mantener los órganos vitales, pero al vernos bien, fortalecidos, rodeados, que no nos falta nada, están tranquilos", dijo.
Ernesto de Giovanni, mientras tanto, tiene solo 23 años. Reconoce que su madre está preocupada por su rol como huelguista, pero él es hijo de otro empleado de Montevideo Gas con años en la compañía y la familia acabó por entender sus razones.
"Ven que uno está bien, que están los muchachos del SMU que están llevando a cabo un control para saber si estamos deteriorándonos demasiado rápido", contó. "Entonces por ahora va rodeada la cosa y le cuesta a la familia aceptar, pero es parte de que respetan la decisión de uno y saben que no es al cuete".
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Producción: Gastón González Napoli y Rodrigo Abelenda.