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Tabaré Vázquez: La vida y la trayectoria política a través de su voz

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El doctor Tabaré Vázquez falleció este domingo sobre las 3 de la madrugada. 

La noticia, en realidad, no fue una sorpresa. Todos sabíamos que estaba grave, sobre todo por las complicaciones que había sufrido el mes pasado a partir del cáncer de pulmón que le fue diagnosticado en agosto del año pasado. El tumor inicial hizo metástasis en el páncreas, lo que agravó su cuadro clínico. En noviembre sufrió una trombosis en la pierna izquierda, otra secuela del cáncer, que le provocó una infección y lo colocó en una situación más delicada todavía.

Hace ya unos días, según contaban los allegados, Vázquez, que tenía 80 años, había comenzado a despedirse de sus seres queridos.

Antes de la política

Antes de incursionar en la política Tabaré Vázquez era un prestigioso oncólogo y profesor universitario; contaba además con una trayectoria en el ambiente del fútbol, donde en 1988 llegó a ser presidente del Club Progreso, que el año siguiente conquistó el campeonato uruguayo, todo un logro para un cuadro de los denominados “chicos”. Fue también presidente de la Liga Universitaria de Deportes y su nombre llegó a ser manejado para la presidencia de la Asociación Uruguaya de Fútbol. Además, en su barrio fue co-fundador del club Arbolito, dedicado a la acción social.

Se ha dicho que su historia de vida es un ejemplo del ascenso social que posibilitó el Uruguay de José Batlle y Ordóñez. Nacido en enero de 1940 en el barrio de La Teja, en una casa humilde, hijo de un empleado de Ancap y un ama de casa, su compromiso con el estudio, desarrollado en la educación pública desde la escuela hasta la universidad -y en varios de esos años trabajando como administrativo en una empresa privada- le permitió recibirse de médico, especializarse y llegar más tarde a los más altos cargos de gobierno.

El propio Vázquez sintetizó esa peripecia en un video de cinco minutos que se difundió en la campaña electoral de 2004 que culminaría con su acceso a la Presidencia de la República.

 

El outsider que gana la Intendencia

Si bien era afiliado al Partido Socialista desde la década de 1980, su primera actividad política publica ocurrió en 1987, cuando, en nombre de su partido, se desempeñó como tesorero en la comisión que llevó a referendum la ley de caducidad.  Al año siguiente, 1989, el Frente Amplio encaró el proceso electoral con problemas internos: incorporaba formalmente al MLN Tupamaros pero, por otro lado, sufría el alejamiento del PGP y el PDC con Hugo Batalla a la cabeza. En esas condiciones adversas, Vázquez fue designado como candidato único para los comicios departamentales de Montevideo, que en aquella época se realizaban en simultáneo con la elección nacional. Pese a pronósticos pesimistas de buena parte de la dirigencia de la coalición, aquel hombre a quien muchos definían como un outsider y que llamaba la atención porque hacía sus discursos con el micrófono en la mano caminando de un lado al otro del escenario, se alzó con el triunfo, todo un hito para el FA que accedía por primera vez a un cargo ejecutivo de gobierno. 

Cuando el 15 de febrero de 1990 Vázquez asumió como intendente de la capital, además de su alocución en el acto protocolar en las oficinas de 18 de Julio y Ejido, habló en la noche para la militancia frenteamplista en una concentración en la Plaza Lafone.

 

Primera candidatura presidencial

A impulsos del general Liber Seregni, en 1994 renunció al cargo de intendente para ser candidato a la Presidencia de la República. No ganó pero el tablero político cambió de manera significativa cuando quedó dividido en tercios entre los dos partidos tradicionales y el FA.  En los días previos a la votación Vázquez protagonizó un recordado debate con Julio María Sanguinetti que finalmente sería el presidente electo.

Fue nuevamente candidato en 1999, en la fórmula con Rodolfo Nin Novoa, escindido del Partido Nacional, bajo el lema Encuentro Progresita-Frente Amplio. La izquierda pasó a ser fuerza política más votada, con el 39%, pero perdió luego frente a Jorge Battle en el balotaje, que se realizó aquel año por primera vez. 

La crisis del 2002, lo encontró presidiendo al FA. En el peor momento de la debacle bancaria de 2002, Vázquez se reunió con el presidente Jorge Batlle y los principales líderes políticos, para acordar cursos de acción comunes, lo que permitió que la actividad bancaria se retomara luego de unos pocos días de cierre. Al año siguiente, sin embargo, chocó con el gobierno cuando propuso que Uruguay declarara el default de la deuda pública, un camino que incluso proponían organismos internacionales como el FMI y que la administración Batlle evitó, proponiendo a los acreedores una reprogramación pactada.

Segundo intento y presidente

Volvió a ser candidato en el 2004 encabezando una alianza política más extendida que el de cinco años atrás, que se llamó Encuentro Progresista-Frente Amplio-Nueva Mayoría, donde se sumaba al Nuevo Espacio, que agrupaba sectores que habían abandonado la coalición de izquierdas en 1989 junto a Batalla. Para sorpresa de muchos la fórmula Vázquez-Nin Novoa no sólo se impuso sino que lo hizo en primera vuelta, con el 51% de los votos, dejando atrás al nacionalista Jorge Larrañaga y el colorado Guillermo Stirling.

En la noche de aquel 31 de octubre de 2004 Vázquez habló desde el balcón del Hotel Presidente, que había sido la sede de su comando de campaña. Concentrados sobre la avenida 18 de Julio y la Plaza Fabini los militantes frenteamplistas escucharon por primera vez unas palabras que se volverían un clásico en el lenguaje del flamante mandatario…

El 1 de marzo de 2005, Vázquez tomó posesión del cargo de Presidente de la República acompañado por Rodolfo Nin Novoa como vice. 

José Mujica, primer senador de la lista más votada del FA (el MPP), que había asumido su banca el 15 de febrero, fue el encargado de tomarle el juramento al presidente entrante.

De pie ante la Asamblea General Vázquez, pronunció su primer juramento de fidelidad constitucional.

Luego realizó un discurso que no pasó desapercibido. Dijo que sería la primera vez que juraba como presidente y seguramente la única, llamó a tender puentes entre todos los partidos políticos y, además, invitó a construir un Uruguay que recuperara “su capacidad de soñar y hacer sus sueños realidad”.

En uno de los palcos de la Asamblea General estaba toda su familia y dentro del recinto parlamentario lo escuchaban varios presidentes de la época, como Lula Da Silva, Néstor Kirchner, Hugo Chávez, entre otros.

En aquel período, para afrontar los ecos de la crisis de 2002 se creó, en un gran acuerdo nacional, el Ministerio de Desarrollo Social. Además se llevaron a cabo varias reformas, entre ellas la del sistema tributario, que introdujo el IRPF, la de la matríz energética, y la de la salud, con la creación del FONASA y el Sistema Nacional Integrado. Paralelamente se pusieron en marcha las operaciones gratuitas de cataratas en el Hospital de Ojos, que serían todo un emblema del FA. Paralelamente comenzaron dos iniciativas que Vázquez impulsó personalmente el Plan Ceibal y la campaña contra el consumo de tabaco.

Su presidencia estuvo muy marcada por el conflicto con Argentina por la instalación de la primera planta de celulosa, entonces Botnia, luego comprada por UPM. El enfrentamiento con el gobierno de su ex aliado Néstor Kirchner  derivó en el corte de los puentes binacionales por militantes ambientalistas de Gualeguaychú, que se extendió por varios años. 

Según contaría años después, en lo peor de aquella tensión, él consideró la posibilidad de que la escalada alcanzara ribetes violentos, eventualmente armados, y por eso pidió respaldo al gobierno de Estados Unidos presidido en ese entonces por George W. Bush. Vázquez reveló aquella idea cuando ya había dejado el gobierno, en octubre de 2011, durante una charla con ex alumnos del Colegio Monte VI …

Su comentario cayó muy mal dentro del Frente Amplio. Esa situación y otros hechos políticos lo llevaron poco después a comunicar que “se retiraba de la vida política pública”. 

El regreso a pedido del FA

Sin embargo, en 2014, ante la proximidad de la campaña electoral, varios dirigentes frenteamplistas fueron hasta su casa para pedirle que volviera a ser candidato. Vazquez pidió un tiempo para consultar a su familia y evaluar si la biología le permitiría asumir ese nuevo desafío. Unos días más tarde contestó afirmativametne. 

En la primera vuelta de las elecciones de 2014, mientras José Mujica se desempeñaba como presidente, el FA logró conservar la mayoría parlamentaria. Y en el balotaje, Vázquez se impuso a Luis Lacalle Pou. 

La noche de aquel triunfo, en un estrado montado en 18 de Julio, agradeció en nombre propio y del vicepresidente electo, Raúl Sendic.

“No los vamos a defraudar”, dijo frente a miles de militantes, y repitió una de las consignas de aquella campaña cuando se refería al FA como “el mejor proyecto político para que los uruguayos vivan cada vez mejor”.

 

El 1 de marzo de 2015, ante la Asamblea General, Vázquez volvió a pronunciar el juramento de fidelidad constitucional. En esa oportunidad la sesión estuvo presidida por Lucía Topolansky, la primera senadora de la lista más votada del FA.

“La vida me da una segunda oportunidad”,  manifestó.

Por ese entonces, Uruguay y el resto del planeta se encontraban aún sacudidos por el impacto de los ataques terroristas ocurridos en Francia. Estaban frescos el ataque contra el semanario francés Charlie Hebdo, perpetrado por dos jóvenes que pertenecían a la organización terrorista Al-Qaeda, y las operaciones que la organización Boko Haram se adjudicó en Nigeria.

“Ha pasado el tiempo y muchas cosas ocurrieron en el Uruguay y en el mundo, algunas buenas, algunas malas y otras sencillamente horribles”, sostuvo en su discurso.

En su segundo mandato Vázquez debió administrar varias dificultades. En los primeros meses de esa gestión afrontó un conflicto duro con los sindicatos de la enseñanza durante el cual firmó un decreto declarando las esencialidad de los servicios educativos, una medida muy cuestionada por los gremios pero también por buena parte del FA. Poco después se produciría la crisis en ANCAP, que obligó a su recapitalización, y, más tarde, en uno de los coletazos de aquel problema, la renuncia del vicepresidente Sendic. 

En otro plano, sobre el final de ese período se firmó el acuerdo entre el Estado uruguayo y UPM para la construcción de la segunda planta de la compañía finlandesa en territorio nacional, la inversión privada más grande en la historia del país.

No te rindas

En agosto del año pasado Vázquez, que poco antes había perdido a su esposa, María Auxiliadora, fue diagnosticado con cáncer de pulmón. Sin embargo, luego de una breve intervención continuó con las tareas de primer mandatario. Incluso viajó en diciembre a Buenos Aires para los actos de asunción de Alberto Fernández con nuevo presidente. Cumplió con todas aquellas actividades acompañado de Luis Lacalle Pou, entonces presidente electo, con quien había restablecido el vínculo por esos días, en el comienzo de la transición, luego de una mala relación entre ambos que venía de la campaña electoral de 2015; los gestos de afinidad entre ambos llamaron la atención en todo el Río de la Plata.

En el último día de su mandato, el 28 de febrero de noche, antes de traspasar la banda presidencial a Lacalle Pou, Vázquez hizo uso de la palabra en un acto organizado por el Frente Amplio.

Aquella movilización se dio en un ambiente muy sensible. Por varias razones. Porque la coalición de izquierdas estaba apenas comenzando a asimilar la derrota electoral y la salida del poder después de 15 años. Porque Vázquez clausuraba su vida política con 80 años de edad y con las huellas de la enfermedad terminal en su cuerpo. Y porque eso sucedía en el epicentro de su barrio natal, la Plaza Lafone, donde además, 50 años antes, el FA y Vázquez habían celebrado el primer triunfo relevante, el del debut en la Intendencia de Montevideo.,

Todo sobrevolaba aquel poema que Vázquez selccionó para el final de su mensaje, que hizo llorar a todos los asistentes… 


El legado

Después que dejó la Presidencia, y con la instalación en el país de la emergencia sanitaria, las actividades públicas se vieron muy reducidas. Sin embargo, apeló a la militancia con frecuencia, comunicándose en charlas a través de zoom con varios comité de base.

Su última entrevista de prensa la concedió al ciclo El Legado y se grabó a mediados de noviembre, cuando su estado de salud ya se había grabado. El reportaje se emitió en Canal 10 en la noche del domingo 29, al final de un fin de semana en que habían circulado rumores sobre su fallecimiento. Todos quienes vimos ese programa aquel día tuvimos la sensación de que, sobreponiéndose a su deterioro, había elegido ese espacdio para realizar su despedida. 

Entre otras cosas Vázquez dijo allí que aspiraba a que lo recordaran “como un presidente serio y responsable que hizo el mayor de sus esfuerzos por cumplir los compromisos que asumió

Y luego destacó su orgullo porque con su primera presidencia se había logrado derrumbar tres mitos que perseguían a su fuerza política

En varios pasajes de su diálogo con Ignacio González, filmado en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, Vázquez se emocionó mientras contaba anécdotas de su vida personal y su carrera política. 

En particular, Vázquez sostuvo que su ex esposa María Auxiliadora “fue todo”. “Ella fue el factótum. Lo que hice, lo hice con el respaldo de ella, de mis hijos, de mi familia”, comentó, conmovido.

En otro momento fue consultado por el cáncer que padecía y respondió que “estaba en un mano a mano” con la enfermedad. “No te rindas aunque el frío queme”, aseguró, volviendo sobre el poema con el cual se había despedido de la Presidencia en marzo. 

A continuación se le preguntó sobre su relación con dios:

 

 

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