Ciencia y Tecnología

Ingeniería de Muestra presentó soluciones uruguayas a desafíos de la vida cotidiana

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Una tecnología de envasado que extiende la vida útil de frutas y verduras, una aplicación para el seguimiento de pacientes con insuficiencia cardíaca y un software que transcribe el sonido de un tambor a una partitura son solo tres de los más de 100 proyectos que se exhibieron en la séptima edición de Ingeniería de Muestra, exposición que organizan anualmente la Facultad de Ingeniería de la Udelar y su Fundación Julio Ricaldoni.

EN PERSPECTIVA
Lunes 26.10.2015, hora 10.16

EMILIANO COTELO (EC) —Un software que permite realizar automáticamente la transcripción a la partitura de una interpretación de candombe, una tecnología para el envasado de frutas y verduras que extiende la vida útil de esos alimentos, una aplicación web para el seguimiento de pacientes con insuficiencia cardíaca del Hospital de Clínicas…

Estos son apenas tres stands que pudieron recorrerse entre el jueves y el sábado pasados en Ingeniería de Muestra, la exposición que organizan anualmente la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República (Udelar) y su Fundación Julio Ricaldoni. Una muestra en la que se divulgan proyectos de investigación y también desarrollos ya aplicados a la realidad nacional, todos ellos creados por alumnos y docentes.

El viernes, en su crónica, Rosario Castellanos pintaba una síntesis de lo que había visto el jueves durante su visita. Hoy vamos a conversar con algunos de los protagonistas de este encuentro.

Están con nosotros la ingeniera Julieta López, directora ejecutiva de la Fundación Ricaldoni, y los referentes de los tres proyectos que yo mencionaba: Sofía Barrios, Magdalena Fuentes y Alejandro Cardone.

La mesa nos quedó tres a uno, tres mujeres y un varón. No es seguramente la proporción que la gente imagina a propósito de los ingenieros en Uruguay.

JULIETA LÓPEZ (JL) —Yo soy ingeniera hidráulica, entré en el año 92 a la facultad, y cuando entré, en los primeros años, la mayoría eran hombres, éramos pocas mujeres. Sin embargo cuando uno iba yendo hacia las ramas más específicas, como el área de Civil, y dentro de Civil la Hidráulica, terminamos siendo mitad y mitad. Hoy hay más mujeres que antes. […] Todavía siguen siendo minoría las mujeres, pero con el tiempo el número va creciendo y de repente más adelante podemos llegar a equiparar.

EC —…Capaz que esta misma entrevista genera algún empujón más en esa dirección… Acá queda claro que se puede: las mujeres pueden hacer ingeniería…

***

EC – Empecemos viendo qué es la Fundación Julio Ricaldoni.

JL —La Fundación fue creada por la Facultad de Ingeniería en el año 2003, con la idea de ser un puente o una oficina de vinculación entre las actividades que se hacen en la facultad y la sociedad. La sociedad entendida en el sentido amplio de vincular los grupos de investigación con el sector productivo, sean empresas públicas, industrias, organizaciones privadas, para tratar de que lo que se hace a nivel de investigación tenga su aplicación a la solución de problemas reales de nuestra sociedad.

EC —Y en esa posición, la Fundación tomó como una de sus actividades importantes esta, la de Ingeniería de Muestra.

JL —La Fundación colabora muy activamente en la organización de la muestra desde sus inicios. Antes de que existiera Ingeniería de Muestra había muestras de proyectos de fin de carrera tanto en Ingeniería Eléctrica como en Ingeniería en Computación. Y entre la Fundación y la facultad se terminó transformando en esta fiesta de puertas abiertas que es Ingeniería de Muestra.

EC —¿Qué objetivo tiene?

JL —Varios. En principio lo que mencionaba recién, abrir las puertas para que la gente se acerque a la facultad, vea qué es lo que se hace, vea que la ingeniería no es algo tan lejano. Uno a veces se pregunta qué hacen los ingenieros y parece algo bastante alejado del día a día o de la solución aterrizada. Entonces mostrar que lo que hacemos está al servicio de la sociedad. Por otro lado, acercar a los estudiantes al estudio de la ingeniería. Mencionaba hace poco la decana en una charla que si comparamos con países medianamente industrializados o más desarrollados, la proporción de ingenieros que tenemos hoy en Uruguay es baja, entonces tenemos que seguir trabajando en fomentar el estudio de esa carrera.

EC —La muestra, entre otras cosas, busca reclutar vocaciones.

JL —Exacto. Y también mostrarle al público en general qué es lo que hacemos con fondos que en definitiva son públicos.

EC —Una rendición de cuentas, de algún modo.

JL —Exactamente, esa rendición social de cuentas de en qué utilizamos el dinero que recibimos.

EC —¿También sirve para eso que tú mencionabas a propósito de la Fundación Ricaldoni, para fomentar, acercar el vínculo entre lo que se hace dentro de la facultad y por ejemplo los sectores productivos?

JL —Exactamente. Algunos proyectos que se presentan en la muestra tienen el potencial de después seguir siendo desarrollados ya sea como emprendimientos propios de los grupos que los presentan o mediante un desarrollo para alguna institución en particular a la que pueda interesarle el tema y ya sea desarrollar eso mismo o a partir de eso encontrar algún desarrollo posterior que pueda ser de interés.

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EC —Felicitaciones. Yo estuve el sábado de tarde y me impresionó muy bien la muestra, tanto por lo que se exhibía como por la forma como estaba presentado y, por último, por la cantidad de público. Fui a entre las 6 y las 7.30 de la tarde y aquello estaba desbordado.

JL —Sí, hubo mucha gente. Este año fue la primera vez que se hizo tres días seguidos. Y vimos que se mantuvo la cantidad de gente.

EC —¿Ustedes quedaron conformes?

ALEJANDRO CARDONE (AC) —Sí, sí.

SB —Muy conformes.

EC —¿Agotados?

SB —Agotados también. La voz lo delata.

EC —Tenían que estar al frente de cada uno de esos stands, y no simplemente poniendo la cara, sino que tenían que moverse con una actitud proactiva, tenían que ir en busca incluso del público, del que estaba mirando y capaz que no se animaba a preguntar. Allí iban ustedes y se ofrecían para explicar.

SB —Por supuesto. [Con el proyecto que presentamos nosotros] nos pasa en general que tenemos mucha gente porque damos de comer y eso suele ser un gran llamador. Lo bueno que tiene es que a la gente la tienes ahí, pero muchas veces se queda mirando el póster y tú tienes que intervenir para motivarla a que pregunte, porque siempre está eso del acercamiento con timidez, sobre todo la gente joven. O a veces los padres vienen con los hijos y dicen: “Preguntá, preguntá”, “No, mamá, callate”. Uno tiene que funcionar de nexo, de vínculo.

EC —Pasaron por un entrenamiento en comunicación. ¿Ese fue uno de los pasos previos?

MF —Hubo un curso. Yo en particular no fui…

AC —Yo tampoco.

MF —… pero hubo un curso de la organización.

EC —Se trataba de que fueran capaces de explicar de manera breve, concisa.

AC —Sin duda [esta muestra] es un entrenamiento para nosotros también. Porque tenés que buscar la forma de explicar lo que hiciste en términos de público general y no tan específico, porque a veces nos metemos demasiado en lo técnico. Tener que salir un poco de eso es una experiencia que en lo personal está muy buena.

SB —Y se ve en la cara de la gente cuando se va contenta porque entendió. Eso se ve clarito, es un cambio en la cara.

EC —¿Cómo fue tu experiencia en particular?

AC —Para mí fue una experiencia nueva, nunca había tenido algo parecido. Fue lindo ver que la gente se interesaba por el proyecto. Porque si bien estamos trabajando desde hace mucho tiempo, nunca habíamos tenido un feedback de la gente, que se mostró muy interesada y eso nos dejó contentos.

***.

EC —Vamos a ir viendo los proyectos que representan ustedes. Empecemos por el área de la Ingeniería Química. Un grupo de investigadores logró desarrollar un sistema de envasado de las frutas y hortalizas que permite extender la vida útil de esos alimentos. La tecnología se llama envasado en atmósfera modificada. Sofía, ¿de qué se trata?

SB —Somos un grupo que está dentro del Instituto de Ingeniería Química, somos ingenieros de alimentos y estamos trabajando, realizando diferentes posgrados.

EC —Esa es una especialización relativamente nueva, ¿no?

SB —Tiene la fama de ser nueva, pero ya no es tan nueva.

EC —¿Cuántos años?

SB —En el entorno de 20 años. Ya hay muchos egresados.

EC —Pero no está en la lista de los clásicos.

SB —No está en la lista de los clásicos. Pero está en crecimiento y la gente muestra mucho interés.

En particular lo que presentamos en la muestra fue uno de los desarrollos que hacemos en nuestro grupo de investigación. Es el desarrollo de productos, a partir de frutas y hortalizas, que están prontos para consumir. Son productos frescos prontos para consumir. Son frutas y verduras que han sido lavadas, desinfectadas, peladas o cortadas, según el caso. La idea es que estén prontas para abrir el paquete o comerlas o cocinarlas en casa.

Eso responde a una demanda que existe y que está comprobada, porque aparte de hecho estos productos tú los puedes encontrar en un supermercado, para la gente que quiere alimentarse más saludablemente pero le da pereza pelar, cortar la fruta o simplemente no puede porque está en la vuelta, entonces todo el tema de las meriendas saludables. Si bien estos productos tú los puedes encontrar en un supermercado, en general les falta diseño, les faltan estudios formales que permitan garantizar que las frutas y verduras que están en esos envases van a tener una vida útil adecuada.

EC —Las formas de envasado existen, las vemos todo el tiempo. Desde vasitos de plásticos hasta fundas…

SB —Exacto, bolsitas con ensaladas prontas o verduras prontas para hacer la sopa, fruta para comer en el momento. Pero en general esos productos tienen muy corta vida útil. Cada vez que tú lavas, desinfectas o pelas, estás introduciendo un estrés en la fruta y la verdura, fundamentalmente porque rompes tejidos. Entonces ese producto va a durar mucho menos que el producto entero. Si tú no lo diseñas adecuadamente, el producto va a tener una vida útil muy corta, de uno, dos, tres días, a lo sumo. Entre que los productos son elaborados en un centro elaborador fuera del súper hasta que llegan a la heladera de tu casa pasan cuatro o cinco días. Nosotros trabajamos para extender la vida útil de estos productos hasta siete días.

EC —¡Hasta siete días…!

SB —Sí, logramos más, pero siete días es una vida útil razonable para los días que ese producto va a estar en una cadena de comercialización.

EC —¿Y cuál es el secreto?

SB —Es muy fácil. La gente llega al stand y dice: “Pero ¿qué tienen?, ¿qué les han puesto a estos productos?”. No les pusimos nada. La clave para entender la tecnología es que la fruta y la verdura toda respira después de ser cosechada, como todos nosotros, consume oxígeno y libera dióxido de carbono. Cuando tú colocas ese producto dentro de un envase, estás imponiendo una barrera al intercambio gaseoso. El producto continúa respirando dentro del envase, pero del ambiente exterior no se le repone tan fácilmente el oxígeno y el dióxido de carbono no puede escapar tan fácilmente. Entonces dentro de ese envase tú vas a tener una atmósfera que se va a ir empobreciendo en oxígeno, va a ser reducida en oxígeno. Y esa atmosfera con oxígeno reducido y dióxido de carbono un poquito aumentado respecto al aire ambiente ayuda a conservar el producto porque le enlentece el metabolismo. Lo aletarga, entonces enlentecemos todos esos procesos de deterioro que mencioné que ocurren cuando pelamos y cortamos.

Pero necesitamos conocer –y eso es lo que estudiamos en la facultad– qué nivel de oxígeno favorece a cada tipo de producto. Todos los productos son diferentes. Entonces debemos estudiar qué nivel de oxígeno favorece a cada uno. Cuánto respira cada uno, si respira mucho, si respira poco, porque en función de eso es el envase que vamos a colocar. Son tres los factores que estudiamos y que debemos estudiar combinados: cuánto respira el producto, qué nivel de oxígeno le es favorable y qué envase le voy a colocar para realizar un diseño adecuado, que verdaderamente garantice la extensión de la vida útil. Si no, puedo incluso desfavorecerla. Entonces lo importante aquí es que es una atmósfera que es modificada y que es autogenerada por el producto –nosotros no ponemos nada dentro del envase– y que puede ayudar a la conservación por más días.

EC —Si entiendo bien, la tecnología de ustedes no es tanto el material que se utiliza para este envasado, sino el estudio previo que se hace en función de cuáles son los alimentos que se quiere conservar.

SB —Exacto. Incluso en Uruguay, como somos un mercado chico y tenemos poca disponibilidad de materiales de envasado, en general eso para nosotros es un dato que está dado. Estudiamos sus características y luego hacemos un diseño de envase en función de las propiedades de los materiales que encontramos, conociendo cómo respira el producto y sabiendo a qué atmósfera queremos llegar adentro.

Son todos estudios que podemos realizar en facultad, tenemos la capacidad de realizarlos, abrimos las puertas y ofrecemos esto para los emprendedores que quieran producir este tipo de productos. Actualmente los están produciendo, pero sin hacer este tipo de estudios formales, a veces porque no tienen la capacidad, porque son estudios que llevan tiempo, que tienen su costo, entonces lo importante y la importancia de Ingeniería de Muestra en ese sentido y de poder venir a un programa como este es decir: tenemos la capacidad de hacer este tipo de estudios, acérquense, tenemos información que está públicamente disponible, tenemos chance de hacer estudios que no lo sean y dar a conocer que existe una tecnología que es muy fácil de aplicar y muy económica para extender la vida útil de estos productos.

EC —¿Esta tecnología no existe en otras partes del mundo? ¿Este desarrollo es exclusivo, original de ustedes?

SB —No. Ni la tecnología ni los productos los hemos inventado nosotros. Pero contamos con la capacidad –ya hace muchos años que venimos trabajando en esto– de aplicar esta tecnología y diseñarla específicamente para el producto que le interese al emprendedor, al empresario, al industrial.

EC —¿Efectivamente se está usando? ¿Están teniendo convenios?

SB —Hasta el momento no hemos realizado un proceso claro de transferencia. Tenemos proyectos de investigación que han sido cofinanciados por la Udelar, la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y el Mercado Modelo –aprovecho a agradecerle al ingeniero Marcelo Amado, que hoy está en la Intendencia de Montevideo, porque él ha sido el promotor de todo esto–, donde hemos generado información que está públicamente disponible. Es acercarse, nosotros podemos realizar las recomendaciones de envasado y también la implantación de los procesos en las industrias que quieran hacerlo.

EC —…Repasamos tus datos…

SB —Soy doctora en Ingeniería Química y docente grado 3 de la Facultad de Ingeniería para las carreras de Ingeniería Química e Ingeniería de Alimentos.

***

EC —El segundo proyecto que elegimos viene del área de Ingeniería en Computación. Alejandro está desarrollando junto con dos compañeros una aplicación web, llamada Sistema Multidisciplinario de Insuficiencia Cardíaca (SIMIC), para hacer el seguimiento de los pacientes del Hospital de Clínicas que padecen insuficiencia cardíaca. ¿De qué se trata?

AC —Este proyecto ya nació con un cliente, que va a ser la Unidad de Insuficiencia Cardíaca (UNIC) del Hospital de Clínicas. Ellos tenían la inquietud de que los pacientes que se estaban tratando por insuficiencia cardíaca abandonaban el tratamiento, ya sea porque era un tratamiento largo o porque se aburrían, había que tomar mucha medicación. Entonces nos sugirieron hacer una aplicación para seguirlos más de cerca y evitar esto.

EC —¿Qué quiere decir seguirlos?

AC —Estar al tanto de si el paciente deja de concurrir a consulta, si no ha traído un examen que debería haber traído… todo lo que conlleva el tratamiento.

EC —¿Y cómo se hace?

AC —Ofrecemos una especie de historia clínica en la que se ingresan los tratamientos que está realizando el paciente, las enfermedades que tiene; tenemos un registro de los exámenes que se tiene que hacer y de los que ya se realizó y luego el médico configura alertas a partir de estos datos y dice cuándo desea ser alertado. Por ejemplo, cuando un paciente deja de concurrir a consulta por determinado tiempo, cuando tiene que entregar un examen…

EC —El que recibe el alerta es el médico tratante.

AC —El médico tratante. Ahí sabe que hay pacientes que no están cumpliendo con el tratamiento y toma la decisión de comunicarse con ellos. El sistema también puede realizar alguna acción automática, como enviarle al paciente, mediante una aplicación móvil, el mensaje de que debe concurrir a consulta o que debe tomar determinada medicación.

EC —Aquí está la otra parte, hay una aplicación móvil.

AC —Hay una aplicación móvil.

EC —El paciente tiene un componente de esta tecnología que lo vincula con su médico.

AC —Sí, eso es lo que se buscaba. Esta aplicación es opcional para el paciente, pero si la tiene va a ser de mucho apoyo, va a recibir todo tipo de recordatorios que lo ayudan a seguir el tratamiento.

EC —Ejemplos, ¿qué puede recibir a través de esa aplicación?

AC —Recordatorios de consultas, de medicación que tiene que tomar, de exámenes que se tiene que realizar. Va a poder ingresar parámetros que ayuden al médico a seguir más de cerca la enfermedad, por ejemplo el peso, va a poder ingresar su peso diario. En esta enfermedad el peso indica retención de líquido, que es un factor de riesgo.

EC —¿Qué otros datos puede ingresar el propio paciente conectándose a distancia con su médico?

AC —En principio, por ahora el peso, que fue lo que nos pidieron, pero cualquier dato que se les ocurra que el paciente puede ingresar se puede agregar. En este momento lo hacen mediante llamada telefónica. Llaman al paciente, le preguntan cuánto pesa. Quisimos cambiar eso y creamos la aplicación.

EC —Nada parecido a esto existía.

AC —No, estaban usando un programa que no se adaptaba mucho y no realizaba el seguimiento.

EC —En el mundo, supongo que herramientas parecidas están disponibles.

AC —Hay herramientas parecidas, pero no son tan puntuales para la enfermedad crónica como esta. Hay herramientas en general, hay agendas, hay historias clínicas, pero nada tan particular como esto.

EC —Por lo que tú señalabas, es un desarrollo que ya está coordinado con una institución y ya está en proceso de puesta en marcha.

AC —Ya está coordinado, estimamos terminarlo para fin de año, principios del año que viene.

EC —Hoy no se está usando todavía, ni siquiera en esa fase experimental.

AC —No se está usando, sí estamos teniendo contacto con la UNIC, ellos lo están probando, nos están dando un feedback y nosotros vamos ajustando algunos parámetros sobre la marcha para satisfacer al cliente.

EC —¿Cuántas personas han intervenido en este proyecto en particular?

AC —Estudiantes somos tres, de Ingeniería en Computación; luego están el tutor y dos médicos responsables de la UNIC. Seríamos un grupo de cinco personas.

EC —¿Esta tecnología se vincularía de algún modo con el proyecto de historia clínica electrónica que impulsa el gobierno?

AC —Sí. Ese proyecto busca que cada mutualista tenga su propia historia clínica digital, pero que sea interoperable con las otras. Si bien no van a estar todas las historias clínicas centradas en un solo lugar, van a poder comunicarse entre ellas. Para eso, las aplicaciones tienen que generar un tipo de documento con un formato estándar que pueda ser leído por esa historia. Y es lo que hacemos nosotros, cada vez que hay una instancia en que se debe abordar algo de una historia clínica, generamos este tipo de documentos.

EC —¿Se puede extender su uso luego a otras instituciones? Lo pregunto porque el trabajo lo están haciendo ustedes con el Hospital de Clínicas en particular.

AC —Sí, se podría extender a cualquier institución que desee tenerlo. Y también es configurable, se podría usar para otras enfermedades crónicas, por ejemplo diabetes.

EC —¿Acá en algún momento entra en juego la necesidad de una patente? ¿Qué dice Julieta López?

JL —Todo lo que se desarrolla en la Facultad de Ingeniería a nivel de proyecto, sea estudiantil o de investigación, se rige por una Ordenanza de Propiedad Intelectual que tiene la Udelar en la que se define de quién es la propiedad intelectual y en caso de haber patentes o desarrollar algún sistema de protección que implique regalías, cómo es esa distribución. Muchas veces lo que sucede es que una vez que se termina el proyecto se sigue haciendo un desarrollo, por lo cual en ese producto final hay que estudiar cuánto corresponde a lo que se hizo en la universidad y cuánto a lo que se hizo después. En la Fundación damos ese apoyo, tenemos una abogada especializada en el tema, y además vinculamos con la Subcomisión de Propiedad Intelectual de la CSIC de la Udelar. O sea que hay puertas que golpear para que nos ayuden a resolver ese punto, que es un tema muy importante.

EC- Charlábamos con Alejandro Cardone, estudiante de Ingeniería en Computación (le quedan dos materias para recibirse). Esta aplicación que él comentaba es su proyecto de grado. Trabaja paralelamente en UTE.

***

EC —Veamos el tercer ejemplo, que quizás sorprenda todavía más: la ingeniería mezclada con la música. En realidad, los puntos de contacto son más de los que en una primera instancia y de golpe uno tiene en la cabeza. Este proyecto tiene que ver con el candombe, nada menos. Tres estudiantes diseñaron un programa que facilita la transcripción musical de interpretaciones de candombe, la traducción de la interpretación musical a un papel o a un archivo digital, a una partitura. Esto no existía hasta ahora, ¿cómo se hacían o cómo se hacen hoy las transcripciones de candombe?

MF —En realidad hay pocas transcripciones de candombe, porque el candombe es una música popular, callejera, y no es algo a lo que se estile aproximarse desde un punto de vista académico musical. Es un lenguaje que se pasa de generación en generación o de boca a boca, entonces no hay una escuela de transcribir. Sí hay algunas transcripciones hechas por gente de la Escuela de Música, donde hay una pata del proyecto, porque desde el punto de vista musicológico les interesó estudiar e hicieron transcripciones, pero son muy pocas. Entonces también era interesante poner a disposición una herramienta que hiciera automáticamente ese trabajo, que si una persona se sienta a hacerlo es bastante costoso, porque no es muy fácil de escuchar o ver a una persona sobre todo tocando repique y transcribirlo.

EC —¿Cómo hacen este proceso? ¿Dónde están los secretos?

MF —La transcripción la hicimos a partir de audio y video, eso también era de interés del proyecto. Si bien uno puede hacer una transcripción de música solo escuchando, queríamos ver qué impacto tenía usar también la imagen. Y había pocas cosas hechas al respecto en transcripción de música en general.

EC —Este era uno de los stands que ocupaba más espacio en Ingeniería de Muestra porque había mucho para mostrar. Entre otras cosas, una especie de set de filmación o de grabación, donde estaban colocadas las dos cámaras, básicamente dos cámaras GoPro, más los micrófonos y algún otro implemento más.

MF —Sí, ya que para el proyecto tuvimos que hacer unas bases de datos porque no había grabaciones de candombe como para que pudiéramos entrenar los algoritmos que estábamos desarrollando, parte del proyecto fue hacer registros. Hicimos dos bases de datos, una en la Escuela de Música y otra en el Teatro Solís, en la cual participaron tamborileros de trayectoria. También era interesante tener el registro más documental de eso, porque el candombe es parte del patrimonio nacional, pero no hay muchas instancias de registro, y si uno no se preocupa por registrar a las personas que tocan candombe y además no hay la documentación debida, tarde o temprano no va a haber registro.

EC —Sí, ese estilo por ejemplo de alguien, de un determinado músico en particular, en principio puede perderse.

MF —La motivación que tenemos y la motivación de la gente que nos apoya en la Escuela de Música y del grupo de audio donde estamos metidos en el Instituto de Eléctrica es eso. Hace años el toque de Palermo, de barrio Sur no era lo mismo que es ahora y no va a ser lo mismo dentro de unos años tampoco. Y el fomentar hacer herramientas o conseguir fondos, como nos dio CSIC para hacer esta investigación, es algo que consideramos que contribuye.

EC —Entonces las grabaciones de video que hicieron, para empezar, tienen esa utilidad, dejan un registro visual de cómo toca la cuerda de tambores tal o el percusionista cual. Pero además ese video es un insumo para el sistema informático. ¿Cómo se pasa de una cosa a la otra? ¿Cómo se pasa a la transcripción después?

MF —Una vez que se le pasa un video al sistema, procesa por separado el audio y el video y de cada uno saca información relevante acerca de los tipos de golpe. Para transcribir un tambor dice qué tipo de golpe hizo, si pegó con el palo, con la mano, en el borde, remontado, ese tipo de cosas.

EC —En el tambor hay una cantidad de golpes posibles. Tú mencionabas algunos: en la manera de la propia caja, en la lonja, pero a su vez con la mano, con el palo, etcétera. ¿Entonces?

MF —Elegimos algunos de esos golpes y sacamos información del audio y del video para poder aprender, que el sistema aprendiera cómo es un golpe de palo, cómo se escucha, cómo son las características del audio y cómo son las características del video en torno a cada golpe. Entonces al pasarle un video nuevo el sistema ya “aprendió” con una base de datos cómo es un golpe de palo, cómo se escucharía o se vería y clasifica los nuevos golpes que van apareciendo en el video. La idea era esa, tener una herramienta que permitiera realizar esa transcripción.

EC —Y la han verificado, hicieron un chequeo con transcripciones convencionales.

MF —Exacto. Para hacer ese chequeo sí hubo que sentarse, no lo hicimos nosotros, pero nuestro tutor y gente de la Escuela de Música se sentaron a etiquetar a mano los videos que usamos y contra eso contrastamos.

EC —¿Y cómo les dio? Vi los porcentajes, estaban expuestos allí.

MF —Hicimos las pruebas para las tres cosas. Podés hacer la transcripción con el audio y con el video por separado y contrastamos esas transcripciones, usando solo audio y video, contra la transcripción multimodal.

EC —Les dio por arriba del 90 %.

MF —En general nos dio en el multimodal por arriba del 90 % de los golpes y en las otras un poco menos. Y en los casos en los que uno o el otro no funcionan el multimodal siempre mejora la performance.

EC —¿Ahora cómo sigue este proyecto?

MF —Quedó como trabajo pendiente primero publicar y difundir, que es lo que estamos haciendo. Ahora tenemos un congreso de reconocimiento de patrones y hubo bastante cosa metida […] también. Y como el proyecto fue una cosa completa desde hacer la base de datos hasta el sistema de transcripción, hay varias etapas intermedias que exploramos como por ejemplo reconstrucción 3D, que no terminamos usando porque el tiempo de este proyecto. Podría seguirse por ese lado. Algunos ya estamos haciendo posgrado, entonces vamos a ver cómo se sigue, quién agarra qué parte para mejorar o incluir cosas para las que no nos dio el tiempo.

EC —Pero en este caso ya está todo encaminado a la puesta en práctica, sobre todo que además hay un convenio entre dos instituciones de la propia Udelar.

MF —Sí. El sistema está, nuestro tutor está haciendo una línea de investigación sobre el candombe y parte de la información que nosotros generamos, no solo la partitura, sino el describir las características, el candombe en términos de máquinas, es útil para el desarrollo de otros algoritmos después.

EC —Hemos conversado con Magdalena Fuentes es ingeniera eléctrica, asistente de la cátedra de Física en Facultad de Ingeniería y asistente del Estudio de Música Electroacústica de la Escuela Universitaria de Música.

***

EC —Tengo varios mensajes de los oyentes a propósito de Ingeniería de Muestra.

“Primero corresponde felicitar por la idea. Segundo, qué corta que fue.” ¿Manejan la posibilidad de extenderla más?

JL —Hasta el año pasado eran dos días de muestra. Este año cuando se empezó la organización se planteó extenderla, algunas personas planteaban que podían ser cuatro días, pero cuando dijimos cuatro días en el comité de organización casi infartan. Porque lo que uno ve cuando va a la muestra, que es lindo tener más tiempo, para la organización y las personas que están en el stand se hace bastante pesado porque el propio desarrollador es el que está en el explicando lo que hizo. Tres días fue un buen balance entre las dos patas. No sé si para el año que viene se podrá pensar en más tiempo.

EC —En otro mensaje alguien cuenta que la hija está cursando sexto de Ingeniería en un liceo del interior del país. “Está bastante desorientada sobre qué es lo que va a hacer el año que viene dentro de las matemáticas, que es lo que le gusta. Me enteré escuchando la radio de que estaba esta muestra, así que fui el sábado. Nos encontramos con algo que no imaginábamos. Hablo de lo que ocurrió por ejemplo en el contacto con los estudiantes. Mi hija pudo sentir mucho apoyo, estudiantes que venían del interior también. Lo que más le da miedo es el cambio de una escuela y liceo público del interior a esa facultad que por lo general es un cuco. Pero bueno, salimos encantadas”.

¿Qué comentarios les merece una situación como esta?

JL —El cambio sin duda de secundaria a la universidad en cualquier carrera que uno haga es cierto que tiene su impacto. Pero a nivel de Ingeniería creo que se puede, hay que pensar que, como en cualquier otra carrera, la clave está en estudiar, en dedicar, en el tesón. Con eso se sale adelante. Que no se asuste que se puede.

EC —¿Y ese cambio interior-facultad en Montevideo?

¿? —Sin duda es un cambio. Voy a agregar a lo que dice Julieta que tienen que encontrar en los docentes también el apoyo. La facultad está cada vez más consciente de que eso es una realidad que viven muchos estudiantes. Yo en general participo en las actividades introductorias de la facultad para los estudiantes que empiezan en primero y siempre les digo: busquen a los docentes también, busquen en ellos el apoyo; si no entienden, pregunten, muévanse. La facultad es mucho de forjarse uno mismo su carrera y su futuro. Sin duda que la perseverancia es el valor que más hay que tener, si uno está convencido tiene que seguir para adelante. Y yo uno le pide a cualquier universitario que mire para atrás, es una de las etapas más lindas de su vida. Entonces sin duda que si tiene el convencimiento de que quiere hacerlo, tiene que perseverar.

EC —¿Están preparándose ya para la próxima? ¿Todos van a participar en la que viene? ¿O ya no les toca? ¿Cómo es?

¿? —Depende, capaz que por el lado de docencia sí.

AC —Yo calculo que sí porque nuestro proyecto no está terminado, así que el año que viene iremos con algo terminado.

EC —Julieta, ¿algo que estés previendo para el año que viene?

JL —Siempre pasa que cuando termina la muestra el sábado, después de que se terminó de desarmar todo, se hace una reunión del comité de organización y ya ahí empezamos a pensar “para el año que viene podríamos hacer esto”. Ya empiezan a surgir nuevas ideas, que no las voy a decir, así la gente va el año que viene a verlas.

Ver galería de imágenes de la muestra en Postales del Día

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Transcripción: María Lila Ltaif

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