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Canciller Nin Novoa: “En Venezuela hay elementos que no se condicen con la excelencia democrática”

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EC – ¿Cómo observa los distintos bloques de integración latinoamericanos que se han ido creando: Unasur, ALBA, Celac? ¿Está clara la utilidad de cada uno de ellos? ¿No hay superposiciones?

RNN – Hay muchas superposiciones. Como dije en mi discurso de asunción, hay mucho discurso retórico y pocas concreciones específicas en materia de comercio, de circulación de bienes, inclusive de personas. Hay que hacer alguna revisión de todos estos mecanismos, tratar de unificarlos y ver si efectivamente podemos tener un solo mecanismo de integración regional.

EC – ¿Cuáles son las expectativas con respecto a la OEA, que ahora tendrá como secretario general a su antecesor, Luis Almagro, el excanciller uruguayo?

RNN – Que haya una reforma bastante importante. La OEA se ha ido desprestigiando un poco a nivel regional y nos parece que la propuesta de Almagro de reformarla es adecuada: trabajar mucho con la sociedad civil, vincularse con mucha más fuerza a los temas de derechos humanos. Hay una Comisión Interamericana de Derechos Humanos, hay una Corte Penal Interamericana, hay una Carta Democrática de la OEA. Hay muchos instrumentos que pueden ser repotenciados y revalorizados para que este organismo de integración cumpla con los fines para los cuales fue creado: defender la democracia, defender los derechos humanos, defender la paz en la región, para que haya prosperidad, para que haya equidad, etcétera. Creo que hay una oportunidad, esperemos que se pueda llevar adelante y confiamos en que la gestión del excanciller Almagro lo logre.

EC – ¿Qué reacción tuvo cuando leyó que el embajador de Venezuela, Chirino, había sostenido en una reunión con militantes del FA que “la designación de Almagro en la OEA es parte de una estrategia de Estados Unidos para mantener la hegemonía en la región”?

RNN – Él después hizo una carta pública a la población. No habló del Uruguay, por lo tanto no lo llamamos para ningún intercambio de posiciones, no fue una injerencia. Porque algunos me preguntaron: “¿No van a llamar al embajador?”. No habló de Uruguay, habló de Venezuela, hizo un informe sobre su país a militantes de un partido político. Y no creo que eso sea parte de una estrategia de Estados Unidos para mantener la hegemonía; se hubieran abstenido antes de votar a un hombre notoriamente de izquierda como Almagro. De manera que no me parece que sea un razonamiento válido para esta situación.

EC – Cuando usted asumió, el 2 de marzo, dijo que en la inserción internacional “no privilegiará la política sobre el derecho”, y también anunció que su gestión se va apoyar en funcionarios de carrera. Al escucharlo, resultó inevitable relacionar esos dichos, sobre todo los primeros, con declaraciones del expresidente Mujica durante su gobierno, cuando justificó la forma como el Mercosur aprobó el ingreso de Venezuela justo en momentos en que Paraguay se encontraba suspendido. ¿Qué quiso decir? ¿Usted constató que la cancillería anterior privilegiaba la política sobre el derecho?

RNN – En esa oportunidad, únicamente. Pero se había hablado mucho y nunca se había contestado, nunca hubo una contestación del Poder Ejecutivo respecto a esa situación y a esas afirmaciones primeras, que sí hubo después de que yo hice mi discurso de toma de posesión.

Por supuesto que lo político no puede primar sobre lo jurídico. Pero lo jurídico deviene de lo político, porque las leyes no se hacen en la Facultad de Derecho, se hacen en el Parlamento, donde está la representación de la sociedad, y allí no hay solo abogados o escribanos; hay agrónomos, hay veterinarios, hay dirigentes sindicales, hay comerciantes, hay industriales, hay productores rurales. Es la amalgama de la sociedad y la representación de la sociedad. El día que el Parlamento sancione una ley que no le guste a la mayoría de la sociedad, la sociedad tiene cómo recurrir esa ley, hay un mecanismo constitucional que así lo asegura. Y el día que la ley no nos guste lo que tenemos que hacer es cambiarla. En eso el presidente y yo coincidimos, porque el presidente cuando explicó el alcance de sus palabras dijo lo mismo que estoy diciendo yo ahora.

EC – ¿Hay que entender que si usted hubiese sido canciller en aquel momento Uruguay no habría convalidado el ingreso de Venezuela de esa manera al Mercosur?

RNN – Almagro no lo convalidaba en principio. Después hubo una reunión entre Dilma Rousseff, Cristina Fernández y José Mujica y decidieron otra cosa.

EC – ¿Qué diagnóstico ha hecho sobre la cantidad de embajadores y funcionarios políticos en la Cancillería?

RNN – Los embajadores itinerantes son cinco creados por ley, yo he dejado solo uno. He dejado a Romero Rodríguez, que estaba vinculado a Mundo Afro, tiene una fuerte vinculación con un continente como el africano, al que Uruguay tiene que ponerle una mirada. África va a tener 2.000 millones de habitantes dentro de 20 años y está creciendo económicamente, ahí hay una oportunidad. No podemos tener embajadas en toda África, entonces me pareció oportuno dejarlo. Los demás no se han llenado y por ahora no tengo intención de llenarlos. Los embajadores políticos están volviendo todos. Acabo de presentarle al presidente Tabaré Vázquez una propuesta de seis nuevos embajadores, todos de carrera, para diversas partes del mundo (Italia, Suecia, Israel, Corea), y vamos a achicar los embajadores políticos. Algunos países precisan embajadores políticos.

EC – ¿Va a achicar la lista de embajadores con designación política?

RNN – Sí, sí. Algunos países precisan embajadores políticos, por ejemplo Argentina. En Brasil precisamos embajadores de carrera porque Itamaraty es una estructura muy profesional, muy cerrada y a los embajadores políticos los miran con cierto recelo. Entonces no nos vamos a atar a ningún dogma, a ningún número, vamos a achicar la cantidad de embajadores políticos que hay y llevarlos a un número más razonable, siete, ocho.

Video de la entrevista

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Transcripción: María Lila Ltaif

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