Entrevista central, jueves 21 de setiembre: Lucía Topolansky
EC —Se suponía que usted estaba por retirarse del Senado…
LT —Sí, yo estaba con causal jubilatoria. ¡Ese es mi drama!
EC —Eso implicaba que iba a tener una vida más tranquila. Y ahora se zambulló en todo lo contrario, acaba de mencionar algunos ejemplos de lo que implica la presidencia del Senado y de la Asamblea General y la sustitución del presidente de la República durante sus ausencias. ¿Va a seguir en estas nuevas responsabilidades hasta el final del período de gobierno?
LT —Yo ya estaba con causal jubilatoria y parte de esa situación se da porque uno de mis objetivos era que el doctor Charles Carrera ocupara mi banca, y eso se produjo.
EC —De carambola terminó produciéndose, pese a que usted se queda en el Senado.
LT —Claro, tuve que pelear un poco con el ministro, porque reconozco que para el ministro era un apoyo muy importante, pero nosotros necesitábamos proyectar políticamente a un compañero. Además la bancada no tenía abogado, tenía asesores, pero no es lo mismo que tener un abogado en sala, hay una diferencia. Para los que estamos en la cotidiana del Parlamento esto es muy importate, capaz que un ciudadano por ahí no lo entiende mucho.
EC —El doctor Charles Carrera viene del Ministerio del Interior.
LT —Claro, viene de estar siete años y medio en el Ministerio del Interior, es un excelente administrador, pero por su condición de abogado la cuestión legislativa le gusta, es parte de la profesión. Entonces esa parte se me cumplió. Lo que pasa es que yo precisaba retirarme para hacer tareas… no iba a dejar de militar –porque uno en cierto modo es medio un enfermo de la militancia–, iba a dedicarme a otras cosas más partidarias, a otro tipo de trabajo. Pero ahora la vida me puso en esta situación y voy a terminar el período.
EC —Faltan dos años y medio, estamos justo en la mitad.
LT —Sí. Pero tengo una ventaja, porque yo no soy un problema para nadie.
EC —¿Cómo que no es un problema para nadie?
LT —Yo no voy a ser candidata a nada en la próxima, así que nadie puede decir “esta mujer se quiere proyectar”, esas cosas que se dicen. Soy una veterana a la que le tocó hacer esta tarea, voy a tratar de hacerla lo mejor posible, pero no le voy a hacer sombra a nadie que se quiera postular a algo, entonces en eso voy a estar más tranquila.
EC —Varios analistas entienden que con usted en el cargo de vicepresidenta Vázquez gana. Primero, porque pasa a tener una interlocución directa con el sector de mayor peso en el FA, el MPP, y segundo, porque usted, como usted misma ha dicho, es “oficialista acérrima”, hasta llegó a decir alguna vez que Vázquez era “su pollo”. ¿Usted tiene esa misma impresión?
LT —Yo soy oficialista, si salgo meses a hacer campaña electoral planteándole una propuesta programática a la gente y apoyando ciertas figuras que van a llevar adelante la propuesta programática, es porque creo en eso.
EC —Entonces, ¿Vázquez gana con usted como número dos?
LT —No sé, eso lo dirá el tiempo. Yo siempre tuve buena relación con Vázquez.
EC —En la conferencia de prensa que dio la semana pasada Vázquez fue muy elogioso y muy entusiasta a propósito de esta etapa que se inicia. Pero durante meses y meses habían existido especulaciones en el sentido de que ustedes no se llevaban bien, de que no había diálogo, hasta se decía que Vázquez prefería que usted no fuera quien llegara al cargo de vicepresidenta.
LT —Leí todas esas especulaciones, pero en realidad desde el 2005, en el primer período de Tabaré, y ahora en este, siempre que le pedí una entrevista por alguna razón política, legislativa o lo que fuera, no hubo ningún problema. Yo siempre tuve buena relación. Hace poco habíamos estado reunidos con cinco o seis senadores por el tema de la inclusión financiera, le pedimos una entrevista un lunes y creo que el miércoles ya estábamos allí. Nunca hubo ese problema.
EC —Pero ¿usted tenía un diálogo fluido, con frecuencia?
LT —Sí. Bueno, no tenía un diálogo cotidiano porque mis tareas andaban por otro lado. Por ejemplo, yo tenía mucho diálogo con los ministros de las comisiones en las que estoy y un poco menos con los ministros de las comisiones en las que no estoy. Porque uno está todo el tiempo haciendo consultas, averiguando cosas. Entonces esas relaciones tienen que ver con algo más según la función que uno está cumpliendo. En este momento yo me ubico no solo en la conducción de esos dos organismos que me toca, que eso supone una cantidad de cosas, sino también en el vínculo Legislativo-Ejecutivo, en ese ida y vuelta que ayuda, porque el gobierno es uno solo, aunque tenga esas dos patas y […] independiente. Entonces allí voy a tener necesariamente una relación más cotidiana con el presidente, porque la misma función me lo requiere.
EC —¿Eso va a mejorar la relación entre el gobierno y el MPP? Porque ha tenido chisporroteos, hace pocas semanas Mujica –su esposo y también senador– sugirió que el MPP podía trancar todo en el Parlamento si no se solucionaba el problema bancario de las farmacias que venden marihuana producida bajo control del Estado.
LT —El Frente Amplio (FA) –yo a veces lo digo así y puede parecer pedante– es glorioso, por esa diversidad, que está bien que tenga. Yo por ejemplo soy de las personas que no creen en esas unanimidades cúbicas, me parece que eso no existe en la realidad, que es una cosa que finalmente fracasa. Esa diversidad es también parte de nuestra riqueza, no es fácil de administrar, porque yo me puse en estos días en los zapatos de Javier Miranda y no es sencillo, hace que estemos en una fuerza política variopinta y a veces vamos a tener más coincidencias y a veces vamos a tener discrepancias. Y no está mal decirlo, el problema es salir juntos, que es otra cosa. Todos tenemos que saber en qué momento hay que dejar una pilcha por el camino, y qué podemos dejar y qué no. Cosas de principios. Esta discusión la tengo con todos mis compañeros, siempre. Las cosas de principios son poquitas, son un cogollo, después hay una cantidad de cosas de visión política, de estrategia, de perspectiva que pueden ser discutibles.
En una fuerza política como el Frente uno está en un ejercicio de esto permanente, y creo que más que en otros partidos, porque la cantidad de sectores que tiene el Frente es casi insalubre. Y uno tiene que escuchar. Hay por ejemplo grupos departamentales o que tienen asiento o en dos o tres departamentos que tienen una mirada muy interesante que viene del territorio y hay que escuchar. Lo peor es no hacerlo. Eso lleva tiempo, hay que entender algunas cosas, y yo creo que en eso, desde el arranque, porque fue la impronta que le puso Seregni a esta fuerza política: la negociación.
1 Comentario
La Sra. Topolansky demuestra en la entrevista un conocimiento muy extenso, no sé si muy rico, de la tarea parlamentaria. Su manejo fluído de los temas que pone encima de la mesa muestra con elocuencia que la señora no ha perdido el tiempo que ha vivido en el Palacio. Su perfil bajo seguramente le va a permitir liderar la actividad legislativa con mucho éxito. Ella no es confrontativa pero es firme y hábil para el análisis de diversos temas de interés político. Tengo mucha esperanza de que su labor sead muy fructífera para todo el ambiente político del país.