
EC —¿Qué va a pasar con ese complejo? ¿Se va a poder ocupar efectivamente, o van a quedar una parte de los apartamentos vacíos?
SN —Creo que se va a poder ocupar. Hay mucha gente que tiene problemas de vivienda, de hecho, de las cosas problemáticas que tenemos en la zona es la situación habitacional. Tenemos una cantidad de asentamientos irregulares y tenemos una cantidad de complejos habitacionales que sin ser asentamientos están muy precarizados. Algunos como Marconi, que fueron viviendas hechas provisoriamente, pero después se fueron precarizando con el tiempo y fue aumentando la cantidad de gente que vive, porque se van quedando los hijos, van agregando una piecita más y eso va densificando un complejo habitacional que de repente no tenía las condiciones para que viviera tanta gente.
EC —Se implementa una solución alternativa como ese complejo y después aparecen los temores o la falta de interés. ¿Cómo se resuelve una situación como esa? ¿Cuáles van a ser los incentivos para que esos apartamentos efectivamente se ocupen?
SN —A largo plazo tenemos un plan parcial que ha sido premiado varias veces. Cuando nos planteábamos algunas obras, como por ejemplo la plaza Casavalle, nos decían que esa obra no iba a durar, que para qué íbamos a gastar en eso. Y hoy está demostrado que conformar una ciudad de la misma calidad para los vecinos dignifica la vida de la gente y la gente lo sabe valorar. La gente del barrio valora los espacios que se han mejorado. Hoy tenemos la plaza Casavalle, tenemos la policlínica a nuevo, se está haciendo una pista de skate, el centro cívico Luisa Cuesta da una cantidad de servicios como por ejemplo pensiones a la vejez y a la invalidez, una cantidad de servicios que de repente la gente no sabe cómo tramitar o no tiene las condiciones para trasladarse al lugar donde tiene que hacer el trámite. Al centro cívico le hemos puesto los funcionarios que teníamos, no todos los que necesitamos, pero no hemos tenido problemas en el funcionamiento. Los chiquilines entran, se sienten parte del espacio. Creo que ese es el entramado y el tejido social que tenemos que tejer. Que la gente no se sienta rechazada, que sienta que es parte de la sociedad, que tiene los mismos derechos y que nosotros estamos dispuestos a trabajar para que esos derechos estén dados.
EC —Usted está hablando de la plaza de convivencia, que se inauguró… ¿cuándo?
SN —Hace tres años.
EC —Una plaza en la que estaba previsto que se instalaran además, en su entorno, distintas dependencias del Estado. Usted mencionaba recién algunas de las que ya están operando. ¿Cuáles faltan?
SN —Está el Mides (Ministerio de Desarrollo Social), está BPS; estaba previsto un Centro MEC, eso estaba coordinado con el Gobierno anterior, ahora por una cuestión presupuestal no está, pero el MEC se va a instalar, en la última reunión de la Mesa de Casavalle nos plantearon que el MEC se va a incorporar al centro cívico. Hay varios programas del Mides. Hay una biblioteca, los chiquilines entran, leen, utilizan el espacio, lo sienten como propio. En el fondo hay una huerta en conjunto con las escuelas del entorno. La plaza y el centro cívico son de las experiencias que para nosotros son exitosas, son cosas a las que apostamos y que han dado resultado. Creo que tenemos muchísimo más para hacer.









