
EC —Hablemos de eso.
[Suena una canción]
EC —¿Le suena esta canción? Es El Marconi, una canción y un videoclip que Don Cony, lanzó en el año 2010. Él es de allí y habla de esa realidad, de ese contexto socioeconómico deprimido al cual usted aludía.
SN —Él grabó en la Usina Cultural del Centro de Desarrollo Económico Local (Cedel).
EC —Fue muy polémico el hecho de que un trabajo con este contenido –porque hay discrepancia, hay protesta por algunas de las acciones que el Estado lleva a cabo y por omisiones o déficits también en esas acciones– surgiera con cobertura, incluso con financiamiento y respaldo de una institución del Gobierno. ¿Se acuerda de eso?
SN —Sí.
EC —Las imágenes son muy gráficas a propósito de lo que es el Marconi, de lo que está detrás de esto que se ha ido dando luego: la penetración del crimen organizado, narcotráfico, etcétera. Usted decía “sobre eso es que hay que actuar”.
SN —Creo que tenemos que actuar sobre las condiciones de vida que tiene la gente, sobre las oportunidades que tiene la gente. A veces es fácil decir que determinadas cosas que hace el Estado son para que algunos que están sentados en la casa tomando mate tengan una retribución.
EC —¿Ahí está aludiendo a críticas a las políticas del Mides, por ejemplo?
SN —Claro, la gente pone todo dentro de una misma bolsa y cree que $ 3.000 que le demos a una persona le van a cambiar la vida. Son $ 100 por día.
EC —Más bien la crítica es que políticas de ese estilo no promueven los hábitos de trabajo, etcétera.
SN —Si esas políticas no hubieran estado en su momento, nos habrían pasado cosas peores, como hubo, saqueos. En la zona vivimos cosas muy duras en la crisis, como gente haciendo cola en el cuartelillo de bomberos para comer, nodos de trueque donde la gente cambiaba lo que tenía para poder comer. Gente trabajadora, gente que de repente estaba pagando una cuota en el Banco Hipotecario y se fue a vivir a un asentamiento porque no podía pagar la cuota. Hay una cantidad de cosas que no son de hoy, que van sumando y en la marcha tenemos que ir viendo cómo podemos transformar esa realidad. Tenemos clarísimo que con el Plan Casavalle podemos generar infraestructuras, una plaza de convivencia, una calle más adecuada para la circulación, pero que eso tiene que ir acompañado de la organización social.
EC —Una de las novedades de la plaza Casavalle fue la nueva sede de la seccional 17, una comisaría allí mismo.
SN —Sí. En la intervención del plan Siete Zonas en Marconi se construyó un CAIF nuevo, y los vecinos permanentemente nos pedían recuperar el anfiteatro, que estaba deteriorado, que querían recuperar ese espacio para el barrio. Nosotros habríamos querido que eso tuviera una organización social que lo sostuviera y donde se pudieran generar otras actividades. En el proceso de mejora del espacio no pudimos consolidar una organización social en el barrio que nos ayudara y que colaborara en hacer el ida y vuelta: nosotros ponemos determinadas actividades y la organización social gestiona el espacio.









