Entrevista con Andrés Rombolá, responsable de Smartmatic para el Cono Sur.
EN PERSPECTIVA
Martes 29.08.2017, hora 8.20
EMILIANO COTELO (EC) —¿Por qué muchos otros países del mundo han avanzado hacia el voto electrónico y Uruguay todavía no?
La Corte Electoral viene experimentando con tablets y software de transmisión online de los resultados pensando en las elecciones de 2019, pero aún resta mucho para ir a la automatización total del sistema electoral uruguayo.
Justamente, con la idea de acelerar ese proceso, la empresa Smartmatic, con sede en Londres, presentó en marzo de este año una propuesta para introducir el voto electrónico en Uruguay. El proyecto fue conversado con el Frente Amplio, el Partido Nacional, el Partido Independiente y el Partido Colorado, además de con la Corte Electoral y la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic).
¿Cómo fue recibida la iniciativa? ¿Qué posibilidades hay de implantar el voto electrónico acá? ¿Qué pasa con las dudas al respecto, por ejemplo en cuanto a fraudes, seguridad, etcétera?
Vamos a aprovechar que se encuentra con nosotros el responsable de Smartmatic para el Cono Sur, vamos a conversar con Andrés Rombolá.
Está con nosotros también el ingeniero Juan Grompone, integrante de La Mesa de los Viernes, un experto en telecomunicaciones, muy aficionado a estos asuntos.
Smartmatic existe desde el año 2000. ¿Cómo se define? Veía en la web un planteo de lo más contundente: “No somos cualquier compañía de elecciones. ¡Somos la compañía para organizar elecciones!”.
ANDRÉS ROMBOLÁ (AR) —Smartmatic es una compañía que nació para la organización de procesos electorales. Las elecciones tienen un previo, un durante y la parte posterior, y la compañía abarca el punta a punta. No es que nos dedicamos solamente al voto electrónico, abarcamos todo el proceso electoral, y además hay distintos sistemas de realizar las votaciones. Pueden ser a través de escáneres, a través del voto electrónico, estamos también en toda la parte de biometría, que es la identificación del elector. Smartmatic es la empresa que más experiencia tiene en el voto electrónico a nivel mundial. Hemos hecho las elecciones más grandes del mundo…
EC —¿Por ejemplo?
AR —Por ejemplo en Filipinas, que fueron 50 millones de electores. Fue un proceso único en el mundo. En ese momento se hizo con escáneres ópticos y no había escrutinio.
EC —¿Cómo que no había escrutinio?
AR —No había escrutinio, iban pasando las boletas y automáticamente se iban contando, era en vivo, entonces automáticamente se iba sabiendo cómo iba cada uno de los candidatos.
EC —¿Cuándo fue eso?
AR —En el año 2016.
EC —Ustedes nacen en el año 2000, a raíz de un episodio muy polémico que se dio en el estado de Florida, en Estados Unidos. ¿Cómo fue eso?
AR —Los fundadores, muy jóvenes en ese momento, y como todo joven con mucho idealismo, creían firmemente que ellos podían diseñar un sistema electoral mucho más seguro, que llevara a evitar el problema que estaba sucediendo entre Bush y Al Gore en la Florida, donde finalmente se definen las elecciones. A partir de ahí se ponen a trabajar en crear Smartmatic. Y han armado una empresa magnífica, que hoy tiene su headquarter en Londres y ha hecho elecciones en los cinco continentes.
EC —Pese a que Smartmatic tiene 17 años de vida, quizás muchos oyentes escucharon esa marca por primera hace pocas semanas. Fue a partir de la votación del 30 de julio en Venezuela, cuando se eligió a los miembros de la Asamblea Constituyente promovida por el gobierno de Nicolás Maduro. Esos comicios se realizaron a través de los sistemas de Smartmatic. Según dijo en ese momento el Consejo Nacional Electoral (CNE), participó el 41,5 % del padrón, más de 8 millones de personas, pero unas horas después Smartmatic denunció desde el exterior que ese dato estaba “manipulado” y que en realidad habían participado un millón menos de personas… ¿Por qué salieron a hacer esa aclaración?
AR —No me gustaría ahondar en el tema Venezuela más allá de lo que ya dijo nuestro CEO en su momento. Salimos a aclarar que no fue que el sistema hubiera sido manipulado, sino que nuestro sistema arrojó un dato y se anunció otro. Vamos a suponer que hoy tenemos una elección en papel, contamos los votos, yo cuento 10 y después digo que fueron 15. La única diferencia es que al haber voto electrónico y tener esta tecnología existen los comprobantes que pueden determinar la cantidad de votos que hubo. De otro modo, habría que abrir cada una de las urnas y contarlos.