NB —¿Qué antecedentes había de intercambio comercial entre Florida y China?
CE —Yo trabajé con Andrés Arocena del 2000 al 2005 y ya había algún contacto preliminar con el embajador buscando la asociación con alguna provincia. Después ganó don Juan Giachetto, del Frente Amplio, y en el 2006, es justo decirlo, el acuerdo formal lo hizo esa administración, pero quedó muy estático o tal vez muy formal, con algún inicio de intercambio de estos becarios. Después en nuestro primer gobierno lo complementamos, iniciamos con la Junta Departamental cursos de chino mandarín, que eran necesarios para que calificaran y fueran con una base a especializarse varios meses en Gansu en una lengua que es compleja, que es más símbolos que letras. La embajada tiene algún funcionario, no solo de China, sino uruguayo, con excelente nivel de idioma, pero nos decían allá que es de una complejidad enorme, y lo vimos.
En ese marco decidimos agregar un complemento, por eso en el primer año del segundo gobierno invitamos formalmente a que vinieran a Florida, lo cual fue aceptado y el 25 de agosto vino una delegación, que estuvo en el acto, incluso saludaron al presidente, al canciller, etcétera. Finalmente activamos una relación más fluida con la asistencia a ese evento importante, en el que había más de 50 países. Obviamente uno va al evento, pero trata de tener una agenda paralela para tratar de avanzar, y después tuvimos con algunos jerarcas un plan de trabajo directo nuestro, a pesar de la lejanía.
RA —El 13 de octubre próximo el presidente Tabaré Vázquez también va a visitar China. ¿Cómo se enmarca su viaje a ese país con respecto al que ahora realizará el presidente?
CE —Lo nuestro fue anterior, sabíamos de la misión, no teníamos muy claro cuál era la fecha y nos ilustramos con el embajador Lugris, que es un embajador de carrera muy activo, con equipos en la embajada bastante sólidos. En ese sentido indirectamente hicimos –ayer hablamos con el canciller y hoy le vamos a mandar un memo– algún avance no tanto en Gansu sino en Lion Ling. Florida tiene casi 70.000 habitantes en el departamento y 37.000 en la ciudad, y la capital de ellos tiene 10 millones y la provincia 43 millones, o sea que cualquiera de las provincias es más grande en PBI y peso específico territorial que todo Uruguay. Eso implica que uno va con la humildad de decir que somos puerta de entrada al país, a Uruguay, que dentro del Mercosur es el que da más certezas jurídicas, el que tiene más estabilidad política, en el que –con diferencias fuertes como podemos tener con el Gobierno en algunos aspectos en el Partido Nacional– la oposición y el Gobierno tienen diálogo, cosa que en la región a veces es compleja, y es un factor que –vaya si no son tontos– los chinos, de cultura milenaria, toman en cuenta.
Presentamos Florida en esa provincia con el embajador, que en esa oportunidad nos acompañó, y fuimos a ver algo que nos interesaba: energía fotovoltaica para las redes rurales –ya tuvimos una experiencia piloto– con paneles solares autosustentables para evitar algo imposible e inviable económicamente para cualquier intendencia, que es poner cables. Con ese interés fuimos a ver una empresa y después un conglomerado multinacional de seis unidades mínimas independientes, con los gerentes de las empresas, en función de que antes habíamos firmado con el vicegobernador un convenio marco de futuro hermanamiento. Allí levantan un teléfono y del otro lado puede estar una empresa privada o una empresa mixta o estatal, no siempre se tiene el discernimiento en el momento, pero rápidamente se ponen a la orden. Hicimos una visita y vimos desde casas prefabricadas de muy buen nivel y a muy buen precio, como para tener ensamblado y logística para la región, hasta parques y temas fotovoltaicos y aspectos como maquinaria agrícola que ellos ensamblan y que pueden ser competitivos, ya no para el mercado de Florida, sino como usar Florida como plataforma para exportar a Argentina y Brasil, ya que ellos no tienen presencia en el Cono Sur.
