RA —De esa forma usted “vendió” el departamento, por el lado de ser una especie de hub para la distribución en los países de la región.
CE —Exacto. Pueden ser ensamblados, zona franca mediante que tenemos, puede ser alguna etapa industrial que dé trabajo en nuestro departamento, y servicios en general. Pero además –y se lo trasmitimos telefónicamente muy breve al canciller y fue bien recibido– algunas de estas empresas que no pensaban ir a la cumbre América Latina-China, que este año es allá y el año que viene es en Punta del Este, van a ir en función de esta visita a ver qué condiciones el país les puede facilitar, ley de inversión mediante, para venir en este caso a Florida, por el esfuerzo nuestro y porque estamos cerca de Montevideo, por el factor importante del puerto, y sobre la ruta 5 para Brasil.
RA —Le preguntaba cómo se conjugaba este viaje con el que el presidente va a hacer. ¿No pensaron en la posibilidad de acompañar la delegación oficial? ¿Este tipo de misiones diplomáticas no debería realizarlas el Gobierno nacional, teniendo en cuenta que puede tener otras ventajas por tener más experiencia y experticia en este tipo de intercambios?
CE —Nosotros tenemos nuestra propia agenda y siempre quedamos expectantes y a la orden en el Congreso de Intendentes –lo dijimos cuando el canciller fue por primera vez– para ser insertos en las delegaciones. Evidentemente es una decisión del Poder Ejecutivo y como Congreso si somos invitados lo tomamos con mucho gusto.
NB —¿Entiende que las intendencias o que Florida en particular han quedado relegadas en este tipo de misiones?
CE —Estando allá supe que iban a ir dos intendencias, la de Rocha y la de Artigas. El intendente de Artigas finalmente me comunicó que no va, no por un motivo de él, y creo que va el intendente de Rocha por la cuestión de puertos de aguas profundas y demás. Estuve haciendo propaganda de las buenas amatistas de Artigas, porque es increíble pero las amatistas que manufacturan los chinos son exportadas desde Brasil y son uruguayas. Entonces ¿para qué tener esa intermediación? El intendente ya tenía eso armado.
No tengo los datos ni hablé con los intendentes, capaz que en la Mesa del Congreso podemos sondear qué información hay, pero como señal es positivo, tal vez es pequeña una delegación de un solo un intendente. A veces hay temas que ameritan la especificidad de cada departamento. Yo estuve con una láctea porque Florida remite 2 millones de litros de leche diarios a la industria, es el departamento que más leche remite, pero no tiene valor agregado porque está solamente la planta de leche en polvo de Conaprole en Santa Teresa, en ruta 5. Fue la lógica con Palestina, que son empresas que no están solo en Palestina, sino que están en Chipre, Rumania, Jordania. Uno vende la capacidad del departamento para poder invertir en temas primarios.
NB —¿Tiene discrepancias o matices con la línea o los énfasis que viene aplicando Cancillería con relación a la búsqueda de mercados o inversiones?
CE —No, Cancillería debe de estar haciendo bien las cosas como tal, lo que puede ampliar y estamos ávidos y seríamos receptivos de que puedan ir más intendentes en delegaciones oficiales, por supuesto, porque ahí se generan buenos contactos. De todas formas –y es el mensaje que voy a dar al Congreso–, hay solo cuatro intendencias con hermanamientos, y hay un potencial, hay veintipico largo de provincias en China. Si cada departamento agarra bien una o dos provincias, ya está. Los mercados y la capacidad económica son fenomenales, el consumo es alto. La Mercedes Benz, por ejemplo, se radicó en Lion Ling y es la planta más grande. Hizo un acuerdo con una automotriz china: los chinos ponen mano de obra y algún tema logístico y poca cosa más, y la Mercedes Benz pone su tecnología, sus técnicos, la materia prima importada mediante un tratado directo que tienen. Hoy la gama de Mercedes Benz se ve en las calles de Beijing, la capital, tal vez más que en Alemania, y desde allí exportan a Asia, a otros países. Casi no ves autos chinos en algunos lugares porque son todos de alta gama por el poder adquisitivo que hay.
Se trata de agarrar un nicho. Yo fui con algunas pequeñas muestras de aceite de oliva del valle del olivar de Casupá y miel natural. Se trata de romper que solo compren los buenos quesos italianos o los buenos vinos franceses y ayudar al embajador, que tenga otra gama de productos, y que Conaprole en vez de tener una persona china allí, tal vez muy sola, tenga una oficina. El grupo Otegui vio eso con lucidez hace veintipico de años, pero acá hay un concepto como que el mercado chino ya está acotado, y es un mundo dentro de un gran continente. Ese es el mensaje horizontal que traigo, porque hay una cooperación subnacional que está habilitada en estos hermanamientos, independientemente de la estrategia que pueda tener Cancillería, y una mejor coordinación con Uruguay XXI.
RA —Muchas veces en las negociaciones comerciales con China se dice que se privilegia el pragmatismo por lo que implica desde el punto de vista económico en detrimento de lo que es el respeto a las libertades y a los derechos humanos en un régimen totalitario. ¿Usted también se define como pragmático en este sentido? ¿Cómo ve estos cuestionamientos?
CE —Si nos ponemos con eso nos quedamos en la noria de la discusión del Mercosur, que creo que ya no da para más, o en expectativas con la Unión Europea, que es proteccionista, por más que creamos que podemos insertar allí productos, pero competimos en agro y fundamentalmente en lácteos. Por ejemplo, la Unión Europea está vendiendo lácteos a Asia y a Medio Oriente a US$ 1.500 la tonelada, y Conaprole con un precio hoy bajo está en mejor precio, según nos decían en la entrevista cuando estuvimos con ellos y una de estas delegaciones, a US$ 2.200. Entonces ¿nos vamos a poner a ver fronteras ideológicas o mercados de grandes consumidores, cuando además China es respetuosa, es amistosa, nos trata de igual a igual, no como países de gran peso político internacional en la zona que históricamente nos han mirado con cierto desprecio por tener tres millones y medio de habitantes?
Los presidentes de los principales países cuando asumen no van a Europa, van primero a visitar China. Estados Unidos tiene un comercio y hasta un endeudamiento monetario importante en bonos chinos, no solo cotiza en la bolsa de Hong Kong, sino que hay un tema monetario importante. Cuando Obama va y abraza al presidente chino se olvida de Tiananmén. Yo estuve en la plaza, es inmensa, y en la ciudad perdida, y el retrato de Mao. Es una realidad. Ellos están retomando conceptos de las viejas dinastías, que siempre fueron autoritarias, y además para gobernar 1.300.000 habitantes hay que adaptarse. No les vamos a dar cátedra de cultura y de política, creo que hay que hacer intercambio, con pragmatismo. Obviamente nuestro sistema es diferente y nos gusta la democracia, pero todos los países del mundo están allí. ¿Qué vamos a esperar? ¿Seguir en la noria de la discusión de Brasil y de Argentina, con quienes que competimos igual?
