Entrevista con el economista Gunter Pauli.
EN PERSPECTIVA
Miércoles 15.11.2017, hora 08.24
EMILIANO COTELO (EC) —¿Sabían que las cáscaras de los cítricos pueden usarse para fabricar detergente? ¿O que los pañales sucios pueden ser usados para plantar árboles frutales? ¿Y que se pueden obtener hongos comestibles a partir de la borra del café? Estos son algunos ejemplos de las producciones innovadoras, rentables, sustentables y generadoras de puestos de trabajo que impulsa la llamada “economía azul”.
Esta corriente tomó fuerza a partir de 2010 y tiene como principal promotor a Gunter Pauli, un economista y empresario belga de 61 años que recorre el mundo “molestando”, haciendo pensar y proponiendo alternativas a las fórmulas económicas establecidas.
Ayer charlé con él en la entrevista central de Telemundo, hoy les propongo conocer más, profundizar en esto de la economía azul, aprovechando que Gunter Pauli está en Montevideo, donde va a participar de la edición 2017 del FIIS, Festival Internacional de Innovación Social.
Estamos por la segunda vuelta…
GUNTER PAULI (GP) —En 12 horas dos entrevistas… Parece que te molesto mucho el cerebro. Estamos molestando el cerebro.
EC —Sí, esa es tu intención, lo has manifestado en más de una ocasión.
GP —Hay un dicho francés del filósofo René Char que dice “ce qui vient au monde pour ne rien troubler ne mérite ni égards ni patience”, ‘aquel que no viene al mundo para molestar no merece ni consideración ni paciencia’. Tenemos que mejorar las cosas, no podemos aceptar el statu quo como la única opción.
EC —Tú eres economista graduado en Bélgica, tienes aparte un MBA en Francia y también un doctorado en Diseño Sistemático en el Instituto Politécnico de Turín, Italia. Pero independientemente del currículo, te has presentado en varias conferencias así, como un “molestón”, un “rebelde”.
GP —Los amigos latinoamericanos de vez en cuando me llaman “el Che Guevara de la sustentabilidad”. Y claro que no tengo ningún interés en morir con una bala en la cabeza, pero necesitamos hoy en día gente que moleste porque estamos repitiendo los mismos errores. Pensábamos que después de la crisis de 2007-2008 íbamos a hacer una transformación fundamental, pero anteayer salió la declaración de 15.000 científicos de 187 países diciendo que todavía no logramos bajar el aumento de temperatura, seguimos con 3 grados de aumento. Esto no es posible, ¿por qué no cambiamos? Sabemos que hay un problema, sabemos que hay un desempleo tremendo; no olvidemos que más del 25 % de la juventud del mundo de menos de 26 años no tiene trabajo. No solamente no tiene trabajo, el sistema económico hoy en día les indica que nunca tendrán trabajo. Cuando el 25 % de la juventud recibe este mensaje: “no te necesitamos para nada en nuestra sociedad”, pues tú tienes terrorismo, tienes reacciones antisociales. Es un producto de la sociedad que hemos generado nosotros, por eso tenemos que transformarla.
EC —“El Che Guevara de la sustentabilidad”, esa es una de las formas en las que te han denominado. Otra es “el Steve Jobs de la sustentabilidad”.
GP —Sí, pero el Steve Jobs de la sustentabilidad es muy lindo, en el Huffington Post, en Estados Unidos, me calificaron con este título, pero el Huffington Post el día de la elección presidencial en Estados Unidos dio el 2 % de chances de que Trump fuera elegido, y fue elegido. Por eso no creo mucho lo que dice el Huffington Post.
EC —La pregunta es si en general hay que creerte a ti. Quien te escucha muchas veces dice “este hombre es interesante, hace pensar, pero ¿tiene los pies en la tierra? ¿Acá hay efectivamente ideas aplicables, realistas?”. De eso vamos a charlar.
Lo primero es recordar la definición, ¿de qué se trata la economía azul?
GP —Primero, yo tengo afán, no solamente tengo buenas ideas. Sí pasamos en las nubes con nuestros científicos para explorar las oportunidades, pero lo más fuerte de nuestra propuesta es aterrizarlo. Y tenemos un afán de arrancar y de hacer. Pienso que en este sentido nos diferenciamos mucho, no somos negativos, no hacemos protestas, no estamos en contra de nada. Si alguien me pregunta si estoy en contra de la manipulación genética, de un eucalipto no nativo, no estoy en contra de nada. Déjenme buscar lo mejor que podemos hacer hoy. Esto es la economía azul, utilizar lo que localmente tenemos disponible.
Segundo, parar esta obsesión de producir siempre más barato. El mayor problema que tenemos en la economía es que pensamos que por producir más barato somos competitivos. Esto es verdad para 10 países del mundo, pero pienso que ni Argentina, ni Uruguay, ni Chile, ni siquiera Bolivia forman parte. Tal vez Brasil en el margen. Tenemos que cambiar el modelo de negocios, el objetivo es generar valor agregado.
Y tercero, responder a las necesidades inmediatas de la gente. Si no cubrimos la base con agua, con alimento, con vivienda, con salud, con energía, con trabajo y ética, no tenemos una sociedad que valga la pena.