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Entrevista central, viernes 1 de julio: Guillermo Maciel

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RA —¿Y qué beneficios tiene la creación de un servicio descentralizado para la administración de las cárceles?

GM —Justamente, que los que capturan al delincuente no sean los mismos los que tienen que estar en la rehabilitación del delincuente o la persona privada de libertad. Por algo en el resto de los países o naciones uno ve, en el derecho comparado, que funciona de esta manera. Implica también la designación de un directorio, generalmente integrado por tres miembros, básicamente, por sugerencia del Poder Ejecutivo y previa venia de la Cámara de Senadores, de acuerdo a la Constitución de la República —el [artículo] 187, si no me equivoco—, con una renovación cada cinco años y con las diferentes facultades de ejercer la administración de todos los servicios penitenciarios, proyectar su presupuesto, y todo lo que tiene que ver con la ejecución de convenios nacionales e internacionales, coordinación con instituciones públicas y privadas… Todo lo que implica el despliegue para algo tan buscado y tan poco logrado que es la otra pata del sistema carcelario: la rehabilitación de los reclusos. El otro día me asustaba leyendo la página de Presidencia donde —claro, cuando uno mira el vaso de agua, a veces lo ve o medio lleno o medio vacío— se informaba que el 20 % de los reclusos estudiaba y el 35 % trabajaba. La otra cara es que el 65 % no trabaja, el 80 % no estudia. Por lo tanto, los niveles de rehabilitación realmente son bajos, en base a esa información que se estaba volcando. Generalmente, este tipo de institutos descentralizados puede focalizarse y trabajar más, con otra mentalidad, con otro concepto; sobre todo lo que tiene que ver justamente con la rehabilitación de los reclusos, tema fundamental en una sociedad y en un país donde, por suerte, no hay pena de muerte ni cadena perpetua, lo que implica que el recluso va a cumplir su pena y va a volver a la sociedad. El tema es en qué condiciones va a volver a la sociedad.

EC —Esas son las ventajas de crear un servicio descentralizado que se ocupe de las cárceles de adultos. Pero después viene el otro escalón: con qué ministerio del Poder Ejecutivo se vincula. Ustedes proponen que sea con el MEC, pero ya han salido discrepancias, incluso dentro de la propia oposición. Edgardo Novick señaló que no tenía tan claro que ese fuera el mejor mecanismo… De todos modos lo dejó abierto. El prosecretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo, dijo que era un tema que todavía faltaba seguir discutiendo, y ayer Álvaro Garcé, ex comisionado parlamentario para las cárceles y asesor del Partido Nacional en temas de seguridad pública, dijo que el vínculo debía ser con el MI. ¿Cómo es este debate? ¿Cómo defienden la posición de ustedes?

GM —El tema es así: en el caso de Novick no escuché sus declaraciones sino que las leí en la prensa, y lo que la prensa reflejaba es que Novick no estaba de acuerdo con que las cárceles pasasen al MEC; vuelvo al principio, no están pasando al MEC sino a un servicio descentralizado que se vincula con el Poder Ejecutivo a través del MEC. En el caso de Garcé, expresó…

EC —Lo que Garcé planteó fue que no estaba seguro de que fuera el momento, de que el MEC estuviera preparado para asumir ese rol, pero, claro, de todos modos en el medio está esa confusión que…

GM —Yo creo que pasa por la confusión porque… lo que decía la prensa de Novick es “el MEC, con todos los problemas que tiene, que tenga a su cargo todo este lío y complejidad de las cárceles…”, bueno, es que no es así, no lo va a tener el MEC, lo va a tener justamente el directorio del servicio descentralizado. Creo que vale la pena la aclaración. En el caso de Álvaro Garcé, por el cual tengo el mayor de los respetos y muy buen trato personal… él ya ha manifestado varias veces que está a favor de la creación del instituto descentralizado, de un servicio descentralizado. El tema es el relacionamiento, con quién; bueno, si en Uruguay tuviéramos —como ha propuesto [Rafael] Michelini, en su momento— un Ministerio de Justicia, o un Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, como hay en Argentina, seguramente la discusión sería mucho menor, porque obviamente ese ministerio incluiría el tema fiscalías, el tema defensorías, el tema políticas penitenciarias, el tema derechos humanos. Hoy no lo tenemos; no quita que mañana se pueda crear, eso dependerá de la voluntad del Poder Ejecutivo. Mientras tanto, ¿qué es lo que tenemos?, ¿cuál es la realidad? La realidad es que tenemos las opciones de los ministerios existentes. ¿A cuál estamos más próximos? Bueno, el MEC… tiene que ver justamente con la educación, la educación es el pilar fundamental en lo que tiene que ver con la rehabilitación. ¿Qué se reclama hoy en las cárceles como mecanismo de rehabilitación? El trabajo, para luchar contra el ocio, que es algo terrible dentro de las cárceles, y la formación educativa, ya sea en talleres, ya sea complementando primaria o secundaria. Entonces, por ese lado se nos ocurría que el MEC era el más adecuado, simplemente para ser el interlocutor en el vínculo. Está también el Mides, y en último lugar, diría que muy lejos, creemos que no pero podría ser el MI, pero en principio parecería que jugamos a la mosqueta y queda todo en el mismo lugar. La idea es sacudir esto a ver si empieza a cambiar, y la forma de que empiece a cambiar es creando un servicio descentralizado y que su vinculación no sea a través del mismo ministerio que hace el control de vigilancia, de que no se fuguen quienes están privados de libertad.

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