
EC —También implicaría diferencias a la hora de captar inversiones.
NL —Sin duda, porque usted, al tener un costo más barato, se vuelve más atractivo para algunos inversores. Generalmente ese tipo de inversiones no son las más estables, son las que siempre están buscando cómo disminuir. Ya hemos tenido ejemplos en el Uruguay de deslocalización de inversiones que vienen, están un tiempito y cuando desaparecen los premios fiscales o lo que sea se retiran del mercado, se trasladan hacia otro lugar, como se trasladaron del sudeste asiático, etcétera.
EC —Tanto el ministro Nin Novoa como el ministro Murro señalaron que esta reforma brasileña entraría en conflicto con la Declaración Sociolaboral del Mercosur, y por eso entienden que corresponde examinar el tema en la comisión especializada que aquella Declaración creó. La tengo acá, estuve repasándola, no figura habitualmente en la agenda, hace tiempo que no hablábamos de ella. ¿Podemos ubicar de qué se trata? Fue firmada en 1998 y revisada en 2015.
NL —El Mercosur, como todos sabemos, no es solo una alianza aduanera. Es algo más que una alianza aduanera, se supone que es un bloque, donde además de la alianza aduanera debe haber una libre circulación de personas. Esa Declaración introduce mínimos comunes, que deben existir, que existen en el bloque, que permiten que las condiciones sean similares en cada uno de los miembros del bloque. En esa Declaración usted impone: reconozco el derecho a la limitación de la jornada, reconozco el derecho a la huelga, reconozco el derecho a la existencia de sindicatos… Esta nueva ley que introduce esta reforma laboral en principio, en una primera lectura, contradice algunos artículos. Básicamente creo que hay un gran choque con los artículos 3 y 4, si no me equivoco. Y además se desorienta o se sale del carril en que fue redactada la Declaración Sociolaboral, a la que después costó tantos años hacerle el ajuste respectivo.
EC —Lo que está previsto para un caso como este, para un país que constate una situación así, es que lleve la información a la Comisión Sociolaboral, en la que participan representantes de los gobiernos y además de los sectores trabajador y empresarial.
NL —La Declaración es producto del tripartismo y los órganos que hacen a esa Declaración o que son verificadores de su cumplimiento son de funcionamiento tripartito. Cuando funciona esta comisión, que en principio se reúne dos veces al año, porque cada vez que un país preside el bloque la convoca, lo hace en forma tripartita: trabajadores, empleadores y gobiernos. El gobierno uruguayo ha reclamado cuándo se va a convocar a los órganos de control de la Declaración Sociolaboral. El gobierno uruguayo o cualquiera del resto de los socios pueden promover que se convoque a los organismos de control de la Declaración, o también podrían hacerlo los representantes sindicales de los cuatro países básicos, los integrantes del bloque inicial, si estuvieran de acuerdo.
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EC —Veíamos recién por qué Uruguay decide llevar la reforma laboral brasileña al Mercosur, porque entiende que habría una trasgresión de la Declaración Sociolaboral del bloque. Hay un ámbito para eso, previsto en la propia Declaración, que es la Comisión Sociolaboral. ¿Qué aspira Uruguay que ocurra ahí?
NL —A todo hay que darle su justa dimensión. Es imposible pensar que solamente por el planteo de Uruguay en la Comisión Sociolaboral del Mercosur el tema quedaría solucionado y se laudaría. Esta es una norma de corte internacional, y todos sabemos, o los que tenemos alguna formación en este tema, que las normas de corte internacional tienen un gran defecto, que es muchas veces su falta de ejecutividad.
EC —En este caso lo primero que hay que puntualizar es que esta comisión en sí misma no resuelve, es un órgano asesor, y en todo caso quien tiene que tomar las decisiones después es el Grupo Mercado Común, que integran los ministros de Economía y de Relaciones Exteriores, o los propios presidentes, el Consejo del Mercado Común.
NL —Comparto, está claro que esta es una comisión de asesoría y que la resolución que podría tomar el Grupo Mercado Común sería a lo sumo una recomendación a un gobierno diciéndole: “atención, están contraviniendo la Declaración Sociolaboral”. Pero lo que generalmente producen estos órganos son hechos políticos, y eso es a lo que apunta Uruguay, a que se produzca un hecho político en el bloque que ponga en atención al resto de los socios y que eventualmente esto también pueda ser planteado por los sindicatos nacionales o por el propio país en otros foros de corte internacional, en otros organismos internacionales, como podría ser la propia OIT. Sé que parte de los sindicatos brasileños, en concreto la CUT, ya han hecho una consulta a la directora de Normas de la OIT y que ya han tenido una respuesta. En la respuesta la OIT habla de que es una reforma inconsulta con los sectores profesionales, especialmente con los trabajadores. Con lo cual allí habría un problema complejo desde el punto de vista formal, y a su vez, no sé si Uruguay no podría plantearla ante la propia Organización Mundial del Comercio (OMC), en el caso de que esto profundice dificultades en su comercio.
EC —Se considera esa posibilidad, ir a otras instancias.
NL —Yo tengo la obligación de plantear que existen esas instancias. Todavía no hay una decisión adoptada desde el punto de vista político, digo que podrían eventualmente recorrerse ambos caminos.
EC —En el caso del Mercosur en particular, Búsqueda informaba ayer, en base a fuentes de gobierno, que lo que se procura es que exista una compensación de Brasil por los impactos negativos que esa reforma laboral tendría para la producción uruguaya. Por ejemplo, compensación por la caída que se produjera en las exportaciones, por la baja en la recaudación fiscal, por la pérdida de puestos de trabajo incluso.
NL —Evidentemente esa es una lectura muy a lo Unión Europea, a cómo funciona en la Unión Europea. Tal vez Uruguay podría hacer ese planteo ante el Mercosur diciendo “ustedes están produciendo una situación de dumping social, están destratando a la industria uruguaya y al resto del componentes del grupo, tengan la compensación hacia nosotros”. Pero es un tal vez.
EC —Sí, y da para verlo con mucho escepticismo. Por ejemplo, ¿el Mercosur compensó a Uruguay y a otros países del bloque por la maxidevaluación de Brasil en el año 1999? No.
NL —Ese es el gran problema, estar en un grupo o en un bloque donde hay un gigante. Si la situación fuera inversa, estoy seguro de que hoy tendríamos infinidad de presiones del gobierno brasileño sobre el gobierno uruguayo tratando de frenar una reforma de este tipo.
EC —Y además está lo otro, la correlación de fuerzas…
NL —Ni que hablar.









