Foto: CARLOS JASSO / AFP
La reina Isabel II, jefa de Estado del Reino Unido y 14 países de la Commonwealth, falleció el jueves a los 96 años en su castillo escocés de Balmoral, tras siete décadas de reinado en las que capeó numerosas crisis de una monarquía que ahora abre un nuevo capítulo.
Se puso fin así a 70 años de reinado, el más extenso en la historia de su país.
Era "una soberana querida y una madre amada", su muerte es "un momento de gran tristeza para mí y para todos los miembros de mi familia", dijo su hijo mayor Carlos, de 73 años, que se convirtió automáticamente en el nuevo monarca bajo el nombre de Carlos III.
Entregada a su cargo con cuerpo y alma, Isabel II había capeado últimamente la pandemia, la muerte de su marido Felipe -fallecido en abril de 2021 con casi 100 años- y las recientes crisis de la familia real.
Entre ellas, el "Megxit", el exilio del príncipe Enrique y su esposa Meghan Markle a Estados Unidos, desde donde acusaron a la realeza de ser insolidaria y racista. También el escándalo protagonizado por Andrés, considerado su hijo favorito, que tuvo que abandonar la vida pública debido a su amistad con el financiero estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de explotar sexualmente a menores.
La mayor de las crisis con que tuvo que lidiar seguramente haya sido la separación de su hijo Carlos de Diana de Gales, Lady Di, y la reacción considerada fría que tuvo la Familia Real ante la muerte de esa princesa en 1997. Pero la Reina fue recuperando popularidad y en los últimos años se había convertido en ícono a nivel mundial.
El deterioro de la salud de Isabel II se aceleró en los últimos días. El martes había recibido al primer ministro saliente, Boris Johnson, y a su sucesora, Liz Truss, en Balmoral, renunciando por primera vez en su largo mandato a celebrar este acto protocolario en Londres, para evitar un viaje de 800 km.
La muerte de Isabel II fue "una gran conmoción para la nación y para el mundo", aseguró Truss en un breve discurso a las puertas de Downing Street, mientras de todo el planeta llovían los mensajes de condolencias.
Una multitud de congregó frente al palacio de Buckingham en Londres pese a una fuerte lluvia. Cantaron desolados el himno "Dios salve a la reina" cuando se conoció su fallecimiento.
Justamente para tener el termómetro de cómo se recibió la noticia en la capital inglesa, estamos ahora en comunicación con Joaquín Thul desde allá.