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Ignacio Alonso (AUF): "Lo de Schiappacasse es un caso aislado, aunque tenemos que hacer algo para mitigar el riesgo de que se repita"

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Foto: Daniel Rodriguez /adhocFOTOS

El futbolista Nicolás Schiappacasse, quien estaba negociando su continuidad en Peñarol, fue imputado el viernes por los delitos de tráfico interno de armas y municiones, receptación y porte de armas de fuego en lugares públicos.

Había sido detenido en un control policial de rutina en la ruta Interbalnearia de camino a Maldonado, donde esa noche se disputaba un partido clásico entre Nacional y Peñarol el jueves pasado.

La Policía le encontró al jugador una pistola Smith & Wesson de calibre 9mm, con cargador y ocho proyectiles en su interior, que Schiappacasse había tratado de ocultar con un buzo. Después se supo que el arma estaba denunciada como robada.

En ese momento, Schiappacasse declaró a los policías que estaba llevándole la pistola a la hinchada carbonera.

La investigación de la fiscal Carolina Dean incautó el celular del futbolista, donde encontró imágenes suyas con la pistola en partidos de fútbol y en salidas a realizar pintadas relativas a Peñarol.

Además, en el celular se encontró que en por lo menos tres oportunidades el imputado adquirió armas de fuego sin la autorización correspondiente.

Esto narró la fiscal Dean:

Surge conversación donde el imputado envía imágenes de dos pistolas semiautomáticas y el imputado le dice “me la quiere vender un conocido milico amigo de mamá. Me la deja a mil, creo”. El contacto le pregunta si la compró y el imputado le manda foto del arma Glock y responde que “sí, es re livianita”. El 13 de octubre, el imputado envía nuevamente foto de la referida pistola y le dice: “Que se agarre la gallina”.

Este episodio se suma a los dos homicidios vinculados con el fútbol que ocurrieron en lo que va del año.

La primera muerte fue la de un hincha de Nacional conocido como “el Washi”, quien fue baleado en la Vía Blanca de la avenida 8 de Octubre, el 6 de enero. Falleció cuatro días más tarde, el 10, cuando, por otro lado, fue asesinado un joven de 17 años que vestía la camiseta de Peñarol. Según quienes investigan estos asesinatos, la segunda muerte habría sido una represalia de la primera.

¿Cómo ven desde las autoridades del fútbol esta racha de violencia?

Hoy, En Perspectiva, conversamos con Ignacio Alonso, el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol.

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