Por Beatriz Angulo //
Los invito a pensar juntos un tema de conversación y reflexión en diferentes ámbitos: la soledad. Veremos los aspectos negativos y positivos de esto.
Ustedes bien saben que vivimos en un mundo plagado de estímulos, ruidos, imágenes, pantallas, bocinas, sensaciones de gran intensidad que nos invaden a diario.
De golpe y sin elección, pasamos a tener que vivir dentro de nuestros hogares, hospitales o refugios. Empezamos a vivir hace unos días, en un espacio distinto, adentro.
Adentro, es lo opuesto de afuera. Adentro de casa, y un quédate en casa.
Normalmente, vivíamos nuestra vida, de casa hacia afuera y viceversa.
Nuestros días se construían en un ir y venir, del trabajo a la escuela, del parque a lo de un amigo.
Y algo de ese afuera de alguna manera volvía conmigo: una charla, una compra, un abrazo, un cumpleaños.
Este adentro me lleva a estar más conmigo mismo, es un tiempo de repliegue.
Se dan una serie de variantes de cómo se vive este aislamiento. Es decir, este pasar a tener menos contacto con otras personas.
Muchos están pasando en sus hogares con sus familias o en pareja, hay quienes viven o pasaron a vivir forzosamente solos. Ya sea esto, porque están en cuarentena o porque tienen edad de riesgo y el resto de la familia no quiere contagiarlos.
Sea la situación que sea, les propongo pensar cómo se vive dentro de uno todo lo que está ocurriendo, es decir, en el mundo interno. Ese mundo de los pensamientos de las fantasías, de los deseos, de los temores y de nuestros dolores.
Aparecen relatos de la gente como por ejemplo: Tengo miedo, ¿y si me lo agarro? ¿Cómo vivo solo? ¿Y si se lo agarra mi padre que tiene diabetes y es cardíaco?
A su vez, cada persona viene con su historia, por ejemplo:
-Nos estábamos por separar pero ahora con esto, se complica alquilar, hacer la mudanza.
-Justo me jubilé, es un bajón.
-Estaba por irme a vivir sola, ahora con esto no sé si me da.
El virus cortó proyectos, cambió y detuvo situaciones de vida, y nos cuestionamos, nos preguntamos: ¿qué es la soledad?
Ven ustedes que es como un sentimiento, como una sensación personal, intransferible, de tener menos afecto y cercanía con otros. Es la soledad, entonces, una vivencia de vacío inexplicable.
Podríamos decir que tiene una faceta oscura, desconocida.
Pasan tantas cosas por mi cabeza, tantas cosas como:
-Yo soy vieja, pero ahora me siento más vieja que nunca.
Esto tiene distintas intensidades dependiendo de las personas. Se hace difícil para muchos el cómo vivir la soledad.
¿Estás sintiendo algo de esto?
Estar solo con uno mismo asusta. Aparecen sentimientos de enojo, de frustración, de tristeza.
Son espacios donde toda la intimidad se pone en juego, es como enfrentarse a quien soy realmente.
Estos aspectos negativos aparecen, y son certeros. Pero todo esto puede llevarnos a encontrar dentro de cada uno aspectos positivos, es un aprender a pensar en libertad.
Esa soledad me permite descubrir diferentes niveles de mí mismo:
-Me di cuenta de que no me hace bien vivir contigo.
Así como permite acercarnos a confrontar con otras cosas internas de uno mismo:
-Yo creía que me iba a ir mal, pero ¿sabés? Me fue bárbaro.
El conectarnos mejor con nuestros sentimientos, nos permite ser más empáticos, aprendemos a valorar más.
Posibilita cierto orden o confrontación, también a nivel interno. Quizás a través de un libro que leemos, o de una película que vemos. Así como también alejar el pensamiento o el gusto de los demás, y pensar por uno mismo.
Puede permitir también mejorar nuestro rendimiento personal, hasta nuestros tiempos.
Nos ayuda a evaluar personas y relaciones que en realidad no tienen gran significado para nosotros.
También a acercarnos a aquellas cosas que quizás hacías antes de niño, que quedaron olvidadas, como aquellas otras que no te animabas a hacer, desde amasar unas galletitas, dibujar, escribir cuentos, relatos, armar un álbum de fotos.
¿Por qué no todo esto?
Sería como encontrar un motor, un motorcito dentro que nos mueva la creatividad, la ilusión y la esperanza.
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Beatriz Angulo es licenciada psicoterapeuta psicoanalítica de Audepp. Es docente, y trabaja a nivel privado y hospitalario.
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Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
Para el espacio Voces en la cuarentena de En Perspectiva
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