Entrevista con el periodista uruguayo Roberto Belo, desde Londres.
EN PERSPECTIVA
Lunes 27.06.2016, hora 8.32
EMILIANO COTELO (EC) —El viernes pasado de madrugada, hora uruguaya, se despejó la incertidumbre sobre el resultado del referendo británico: por 52 % a 48 %, el Reino Unido se va de la Unión Europea. Esta semana la incertidumbre vuelve a aparecer, cuando las dos partes comienzan a recorrer la transición de la separación.
De momento, el Reino Unido conservará todos sus derechos y obligaciones con el bloque, mientras no active el artículo 50 del Tratado de Lisboa para solicitar oficialmente “el divorcio”. Sin embargo, como lo consignaban algunos analistas, puede que mientras tanto tenga que “dormir en el sofá”. Una vez tomada la decisión, parece que los roles se han invertido: los líderes que promovieron el brexit ahora no tienen apuro para iniciar el trámite, mientras que las autoridades de la Unión Europea reclaman que el proceso empiece cuanto antes.
¿Cómo se viven estas horas en suelo británico? Vamos a enfocarnos en lo político, en contacto con el periodista uruguayo Roberto Belo Rovella, quien trabaja para la BBC, en Londres.
¿Cómo es el ambiente en la calle después del resultado del referendo del jueves? Empecemos con dos o tres impresiones, lo que has notado tú.
ROBERTO BELO ROVELLA (RBR) —Es una suerte de duelo colectivo de alguna gente, que transcurre por el proceso primero de negar, de tratar de ver la forma de explicar qué fue lo que pasó y luego enfocar esa frustración, esa angustia y ese enojo en algo positivo.
Por el otro lado, gente que votó por la promesa populista de reconquistar viejas glorias efímeras e ilusorias también está expresando cierto grado de frustración, porque se dio cuenta de que en cierta forma fue engañada con respecto a las promesas fundamentales, como por ejemplo limitar la inmigración e invertir el dinero que el Reino Unido paga cada semana a la Unión Europea en el sistema de salud, porque la gente que promovía el brexit ya dijo “en realidad no queríamos decir eso”.
Hay una preocupación porque básicamente este barco no tiene más capitán –David Cameron renunció–, no tiene timonel, no tiene una carta de navegación, no hay botes salvavidas, está a la deriva. Algunos están tomando algunas medidas de acción, las firmas para para solicitar una especie de revisión o segundo referendo ya han superado los 3,5 millones de firmas, que no creo que tenga validez, pero es una suerte de catarsis colectiva. Mañana va a haber una manifestación multitudinaria en la plaza de Trafalgar. Hay diferentes expresiones, pero el denominador común es la preocupación, sobre todo porque ahora se dan cuenta de que este tema tiene una implicación seria desde el punto de vista del bolsillo de los británicos y de tratar de que expresiones de xenofobia que han surgido, aparentemente ligadas a este resultado, no se pasen de la raya.