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Entrevista central, lunes 27 de junio: Roberto Belo

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EC —Y según dice el famoso artículo 50 del Tratado de Lisboa, es el país interesado en abandonar el bloque el que debe iniciar el proceso.

RBR —Exacto.

EC —Entonces no hay mucho para presionar.

RBR —No, y evidentemente Boris Johnson –que según el panorama es el más probable candidato a heredar este tema y a convertirse en líder conservador y por lo tanto líder del Parlamento, aunque todavía no se sabe si él va a llamar a elecciones– ya pateó la pelota para adelante y está tratando de ganar la mayor cantidad de tiempo posible para estar algo más preparado cuando por fin llegue ese momento, si es que llega, de presionar el botón del artículo 50 y comenzar las negociaciones. El tema es que acá no hay ningún plan, no hay absolutamente nada, nadie se imaginó que la opción de salirse de la Unión Europea iba a ganar, ni siquiera los que la promovían. Eso es lo más preocupante y lo que tiene a todo el mundo con los pelos de punta.

EC —Las repercusiones en lo interno de la política británica son de todo tipo. Hablábamos del Partido Conservador, el partido que lidera hasta ahora el primer ministro David Cameron, pero también hay coletazos en la oposición, en el Partido Laborista. ¿Allí cómo son las cuentas que se están pasando?

RBR —Coletazos y serios reproches, básicamente se acusa al líder laborista Jeremy Corbyn de que no hizo lo suficiente en la campaña para volver a conquistar a esa clase trabajadora, sobre todo de las zonas antiguamente industriales de Inglaterra, todos ellos con antecedentes laboristas, gente trabajadora y que optó por la opción de salirse de la Unión Europea. Jeremy Corbyn entró muy tarde en la campaña y como que iba sentado en el asiento de atrás, nunca se lo vio demasiado apasionado defendiendo. Decía “la Unión Europea es importante por el derecho de los trabajadores aquí y allá”, pero uno se daba cuenta, leyendo entrelíneas, de que no había un compromiso en serio.

Esta mañana el segundo líder en el laborismo le confirmó a Corbyn lo que transcurrió en el fin de semana, que no cuenta con el apoyo de la mayoría parlamentaria laborista, y que lo más probable –que lo quería evitar, evidentemente– es que haya una selección de un nuevo líder para el laborismo, a la cual Jeremy Corbyn dijo que va a presentar de nuevo.

Entonces los conservadores están en guerra o completamente desorientados con todo este tema, los laboristas también y los liberales demócratas fueron aniquilados en las pasadas elecciones. Quedan los independistas escoceses, que son los que la tienen clara, saben exactamente qué es lo que decidió Escocia y probablemente tengan un poder bastante grande en estas negociaciones y si en efecto se procede a salir o no de la Unión Europea. Hay otros líderes bastante coherentes, por ejemplo en el Partido Verde, pero a causa del sistema de gobierno y de la forma en que se eligen los representantes legislativos en este país, solamente tienen un diputado. Básicamente el clima en la clase política es que el último apague la luz.

EC —Hemos estado recorriendo el espinel, hemos hablado de los partidos, del gobierno, del Ejecutivo, del Congreso… ¿Y la reina? ¿Qué dice, o qué papel juega en este partido?

RBR —Muy buena pregunta. Personalmente se la planteé a varios amigos este fin de semana. La respuesta es que básicamente la reina, como jefa de Estado, en caso de que esto se vaya completamente de las manos probablemente intervenga, pero no de forma política, no diciendo “hay que hacer tal o cual cosa”. La función de la reina es básicamente garantizar que el pueblo esté lo más unido posible, cosa que no está pasando.

EC —¿Qué hay de esas versiones que circularon, originados en el biógrafo de la reina, en cuanto a que ella era partidaria de la salida de la Unión Europea?

RBR —Hay muchas versiones. El tema es que la familia real no puede o no debe tocar asuntos políticos. Por supuesto que ellos tienen una opinión, pero es como el que el monarca está por encima del bien y del mal. Pero más allá del tema de la salida o no, está el tema de la debacle política, de la profunda división que hay, y ahí sí tiene una responsabilidad el monarca.

En lo personal espero que en algún momento, sobre todo si las cosas empeoran y si este impasse que se ha generado, este tirar la pelota para adelante para ver si podemos arreglar –que es el plan para el partido– no funciona y los mercados siguen cayendo a causa de ese vacío, la reina intervenga, por lo menos para tratar de calmar los ánimos. Pero de momento no es algo que los británicos mismos se planteen, hasta el momento no he escuchado a nadie hacer esa pregunta. Los que miramos las cosas un poco de afuera no necesariamente entendemos cómo funciona este país, y lo digo pese a haber estado viviendo aquí 19 años. Siempre descubro algo nuevo, esto es algo que me asombra profundamente.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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