Tiene La Palabra
Donaciones por la vida
Por Alejandro Sciarra /// Hebert tenía 39 años, necesitaba un cardiodesfibrilador y no tenía los $ 300.000 que costaba. El…
La isla del tesoro
Por José Rilla /// El voto en el exterior está vedado por la Constitución de la República. No hay en…
Taxi libre
Por Rafael Mandressi /// @RMandressi Un taxi, una tarde, un viaje, en el que al cabo de un par de…
Israel, el naufragio
Por Rafael Mandressi /// @RMandressi “Israel: Estado-nación del pueblo judío”. Tal es el título de una ley de once artículos,…
Se van para atrás
Por José Rilla /// El asunto pasó como ráfaga en la plaza pública y merecía más calma: una agrupación de…
Déjà vu
Por Rafael Mandressi /// @RMandressi La gripe acarrea consecuencias desagradables de diverso tipo. Malestares, dolores, sobreproducción de flema, una relativa…
Nasazzi, el africano
Por Rafael Mandressi /// @RMandressi Ahora que una semana ha pasado desde la final del campeonato mundial de fútbol, a…
Sopla un viento de desolación
Por José Rilla /// Nuestra historia montevideana con la muralla y el puerto está llena de olvido y desdén. Ahora…
El paraguas de Vladimir P.
Por Alejandro Bluth /// En Rusia no hay libertad de prensa. Entre 180 países, figura muy abajo en la tabla,…
La unión sagrada
Sé que sonará antipático, simplificador y hasta inoportuno para muchos: el único derecho que los presos no tienen es el derecho a la libertad. Sí son dueños, aunque hayan cometido crímenes, de su derecho a la vida, a la educación, a la salud, a la vivienda digna, a la recuperación de su existencia. Hace mucho tiempo que las cárceles uruguayas se alejaron de este criterio (¿tal vez nunca lo vivieron?) y como nos recuerda cada tanto el Comisionado Parlamentario Juan Miguel Petit, casi 7 de cada 10 personas privadas de libertad vuelven a cometer delitos. Es un círculo del infierno: en Uruguay recuperan su libertad 6 mil presos al año, y más de 4 mil de ellos vuelven al delito.